De zorrita con el nuevo vecino
Fecha: 30/09/2018,
Categorías:
Confesiones
Microrelatos,
Autor: NiñitaCaliente1, Fuente: CuentoRelatos
Esto me paso hace unos días. Fue de las mejores experiencias de mi vida y ahora quiero compartirla con ustedes. Como ya saben tengo 18 años y por ende no hay problema en que me quede sola en casa. Mis papás salieron para celebrar su aniversario y volverían en la madrugada; tan pronto se fueron cerré toda la casa, me quite la ropa quedando solo en brasier y en bragas y empecé a buscar videos porno. Era algo que siempre hacía cuando mis padres salían, no podía dejar que ellos pensaran que no soy la blanca paloma que creen que soy. Estaba apretando mis pechos y sobando mi clítoris, soltaba gemidos al empezar a meter un dedo en mi vagina. Todo era tan glorioso. Hasta que escuche que tocaban la puerta y no tuve de otra más que ir a ver quién era, me pude mi ropa otra vez y salí muy enojada. —¿Quién? —Soy yo, Sebastián. El señor Sebas era un nuevo vecino que se estaba mudando a unas dos casas de la mía, tenía 29 años y por lo que sabía estaba divorciado. Rápidamente se ganó la confianza de los demás, incluso la mía. Puse mi mejor sonrisa falsa -aún estaba molesta- y abrí la puerta encontrándomelo algo sudoroso pero sonriente. —Buenos días, señor Sebas. —Buenos días. Eh, perdona que te moleste pero ¿será que tú papá me pueda ayudar a bajar la ultimas cajas de la mudanza? —Ay, lo siento pero mis papás se fueron de paseo y volverán muy tarde. —Que mal, supongo que lo haré yo solo. Gracias de todas formas. —De nada y no se preocupe. Adiós. Cerré la puerta y corrí a seguir viendo el ...
... video, pero por desgracia me educaron para ser una niña educada y mi conciencia no paraba de decirme que fuera a ayudarlo. Fue una difícil batalla que perdí y salí directo a su casa, donde estaba descargando varias cajas de un camión. Le pique el hombre y al verme me sonrió de nueva cuenta. —Laura ¿se te ofrece algo? —Es que, me preguntaba si podría ayudarle con sus cosas. —Oh no te molestes, son muy pesadas como para que una niña como tú pueda con ellas. —Descuide, tengo más años de los que aparento, puedo cargar unas pocas cajas. Déjeme ayudarle, por favor. —Jeje, muy bien tú ganas. Empecemos pronto que parece que va a llover. Entre los dos seguimos llevando todo hasta su casa, en serio que las cajas eran bastantes pesadas pero entre los dos pudimos meterlas. Gracias al cielo terminamos poco antes de que empezara a llover, me invitó a quedarme un rato y como ya les dije que soy educada, acepte. El preparo palomitas y me las entregó, ambos estábamos sentados en el sillón buscando alguna película interesante en la tele. Yo devoraba las palomitas y de vez en cuando miraba de reojo al señor Sebas, al cual varias veces atrape mirándome también. —No hay nada interesante —murmuró algo fastidiado. —Aún quedan varios canales, siga y tal vez encontremos algo bueno. Después de un par de canales encontramos una película que nos llamó la atención, la empezamos a ver con normalidad y unas cuantas risas. Todo iba bien hasta que vimos como el protagonista y una mujer empezaban a desvestirse, ...