Magia y control (III)
Fecha: 01/10/2018,
Categorías:
Control Mental,
Dominación
Autor: TeoBosh, Fuente: CuentoRelatos
... -Siento que mi vagina esta ardiendo –dijo ella, mientras comenzaba a llorar- ¡necesito tener sexo, por favor ya métemela! -¿Pero si hace unos momentos me rogabas que no te hiciera nada, y ahora me ruegas que te folle? ¿Quién entiende a las mujeres? -¿Por qué me haces esto? –decía Monica mientras unas lagrimas bañaban sus mejillas-. ¡Ya, perdóname y méteme la verga, cógeme por favor! -Gritó desconsolada-. Ya eso era suficiente hasta para mi, así que le iba a perdonar y darle gusto. Lentamente fui introduciendo mi verga en su vagina, para que ella fuera aliviando milímetro a milímetro la calentura que sentía. Mientras lo hacía, Mónica lanzaba unos suspiros de alivio, realmente su medicina había llegado, a la vez le ordene a Martha que comenzara a jugar con los pechos de su hija, y a dedear su clítoris mientras yo me dedicaba a lo mío. Y así lo hizo. Yo por mi parte metí mi pene hasta el fondo, y ya dentro comencé con embestidas lentas, pero fuertes, golpeando con mis huevos su nalgas, produciendo el sonido de las cacheteas, ella solo lanzaba gemidos tenues de placer, mientras que yo seguía arrojando con fuerza todo mi peso con cada embestida, para que ella lo sintiera. Después fui aumentando el ritmo, dandole ocasionales nalgadas, las cuales en la piel blanca de sus glúteos se quedaban marcadas en rojos contornos inflamados. Ví que estaba a punto de venirse de placer, así que se lo prohibí, no se podría venir hasta que yo se lo ordenase. Saqué mi verga y esta vez le puse ...
... recostada frente a mi, y viéndole a los ojos, volví a meterle le verga, está vez de un solo tirón, y comencé con embestidas lentas, también le ordené que me viera fijamente a los ojos y que escuchara mis palabras atentamente, que todo aquello que le dijese iba a quedar grabado en lo más profundo de su ser. -Monica, desde ahora eres mi puta, olvídate de quien eras antes, desde hoy para siempre eres mi esclava, mi sierva, toda tu alegría es servirme y obedecerme, todo tu cuerpo y alma me pertenecen, o único que te causa placer es lo que yo te ordene, toda tu felicidad es ser obediente y sumisa a mi, olvídate de tus antiguos prejuicios, y de tu antigua moral, ahora el bien es lo que yo diga, ahora tus gustos son los que yo elija para ti, tu vida ya no te pertenece, ahora me pertenece a mi, me obedecerás ciegamente y serás feliz por ello, ya no tienes libertad y me darás la gracias por ello, me entregas todo tu ser y a cambio yo te doy una nueva vida, donde eres una mujer plena, una mujer segura de si misma y del papel que tiene en el mundo el cual es servirme, ahora te doy la felicidad de ser mi posición, ahora tu vida sin sentido tiene sentido. Mientras yo decía esto, ella me seguía mirando a los ojos fijamente, pero por el placer que estaba sintiendo, estos se iban ocasionalmente hacia arriba dejándolos en blanco por instantes, con cada vaivén mis palabras eran pronunciadas, dejando en su alma una huella imborrable que sumadas al placer que sentía le introducían a una nueva vida. En ...