Me hacen tragar vergas y más vergas (2) - Relatos Eróticos

Me hacen tragar vergas y más vergas (2)

... temblaba de miedo. -Tranquilo, nene, tranquilo que te la voy a meter despacito. –trató de calmarme el señor Anselmo, ya arrodillado entre mis piernas y con la punta de su ariete presionando contra mi orificio. Me tenía aferrado con fuerza por las caderas y después de algunos enviones la verga comenzó a entrarme. ¡Ay, que dolor sentí! Tanto que no paré de gritar y corcovear obligando al señor Anselmo a sujetarme con fuerzas por las caderas hasta que la verga entró toda y el dolor fue reduciéndose poco a poco mientras el ariete iba y venía dentro de mi culo. Algo de dolor sentía, pero era mayor el goce y además me calentaba mucho el morbo de darme cuenta de que ese grupo de señores podía hacer conmigo lo que se le antojara, como meterme en el culo ese vergón que de pronto soltó varios chorros de semen caliente y mi violador cayó sobre mi espalda y enseguida sobre la cama, y allí quedó respirando agitadamente. De inmediato me asaltó el señor Guillermo, con una verga de dimensiones normales que le envaseliné prolijamente. Supuse que el vergón anterior me había dejado abierto el orificio anal, porque esta nueva verga me penetró rápidamente y sin ese dolor que me era habitual. Después de esa nueva ración de semen en mi culo siguió la ronda de violadores hasta que llegó el turno de mi tío Eli. A esa altura el ano me ardía un poco, pero el placer físico y sicológico era tan intenso que era lo único que me importaba. Tío hizo que le envaselinara la verga y mientras lo hacía le pregunté, ansioso: -¿Tío, hoy no voy a chuparla? -Claro que la vas a chupar, nene… En cuanto te culee Manuel después vas a tomar el biberón… ¡Seis biberones! –me aclaró y se puso a reír mientras yo me entusiasmaba con semejante promesa. (Continuará)