Anita al regresar del aeropuerto - Relatos Eróticos

Anita al regresar del aeropuerto

... quisiera que algo sucediera, pero esa tarde en particular no me era fácil disimular lo que sentía mientras me miraban y tocaban de esa manera…Nuevamente Alejandro puso su mano en mi pierna izquierda y apretó mi muslo, de tal forma que me puse caliente de solamente pensar lo que podría hacer esa tarde con estos dos hombres a mi disposición.Ya un poco más desinhibida por el alcohol, les pedí que me dijeran sinceramente que cosa deseaban hacer. Javier fue muy directo:“Yo quiero pasarte la lengua por tu cola, bebota”.Sus palabras hicieron que los colores me cambiaran en mi rostro.De pronto Alejandro, me atrajo hacia él y me comió la boca en un beso de lengua profundo y sensual. Mis rodillas se separaron y entonces Javier pudo ver hasta el fondo de mi entrepierna.Alejandro fue más allá, quitándome el chaleco y la blusa, dejándome con mis turgentes tetas expuestas, las que enseguida se dedicó a acariciar y lamer con su lengua.Javier aprovechó para acercarse y acariciar mis piernas, al mismo tiempo que me hacía abrir los muslos y metía su cabeza entre ellos. Sentí que me besaba los labios vaginales a través de mi diminuta tanga de algodón.En menos de un minuto los tres estábamos desnudos; yo solamente me había quedado con mis medias de nylon y mis zapatos de taco aguja.Ne hicieron recostar sobre el sillón grande y Javier entonces se dedicó a lamerme la concha, metiendo sus dedos entre mis ahora dilatados y húmedos labios vaginales. Podía sentir mis fluidos salir de mi ...

... vagina.Mientras tanto, Alejandro me había metido su verga erecta entre mis labios y yo la devoraba con placer y gusto.La calentura comenzó a subir por mi cuerpo desde mi concha, así que muy rápido me levanté y jalé por los cabellos a Javier, haciendo que también se pusiera de pie.Entendió enseguida mi deseo; así como estábamos de pie, metió muy despacio su gruesa pija entre mis muslos y me la empujó en la concha de un solo envío. Me hizo gritar de dolor su intrusión, pero al instante sentí un placer increíble que me invadía.Alejandro se quedó a un costado mientras su amigo me bombeaba la concha a un buen ritmo y con muchas ganas. De repente se salió y entonces les dije que fuésemos a mi cama para estar más cómodos.Cuando llegamos hice que Alejandro se echara boca arriba, y yo me senté sobre su verga mirándolo de frente.Javier se ubicó detrás de mí, de rodillas, metiendo su cara entre mis nalgas, dispuesto a lamerme la cola como había prometido.En ese momento empecé a cabalgar sobre la gruesa verga que tenía dentro, sintiendo la lengua del otro tratando de penetrar en mi esfínter.De repente Javier se movió detrás de mí y colocó la punta de su pija dura contra mi entrada anal, comenzando a empujar hacia adelante, provocándome un poco de dolor mientras entraba cada vez más y más…Me incliné un poco hacia delante y así empezamos a movernos los tres rítmicamente.Nuestros cuerpos transpiraban a más no poder y yo gozaba con la tremenda culeada que me estaban dando entre los dos.Al momento de ...