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... suave. Me estaba encantando por momentos-Vamos a la cama le dije... estaremos más cómodos.Me senté en ella... y el se amorró de nuevo a mis pechos. Esta vez al otro.. y comenzó a mamar una vez más. Yo de mientras jugueteaba con su polla.Apenas le había empezado a pajear, pero la tenía muy dura. Era una rocaNo se qué me humedecía más la entrepierna. El trabajo que me estaba haciendo en los pechos (además de grandes los tengo bastante sensibles), o el tener en mano esa vara de carne.Me estuvo mamando durante unos 5 ó 10 minutos... no sé. El tiempo pasaba de forma extraña en esos momentos. Luego noté como me iba calentando, como se iba creando una sensación muy particular... Abandone su polla para centrarme en mi botón.. Mientras él seguía mamando y churrepeteando mis pechos. No tardé en tener un orgasmo, lento, suave y laaaaargo.Hacía tipo que no tenía un orgasmo como ese-¿Sabes qué?, -le dije-.Te mereces una recompensa ¿Quieres?-Yo... ¿recompensa?-respondió de forma bastante infantil. Creo que el pobre estaba en una nueva realidad. Tras unos eternos minutos acabo afirmando con la cabeza. Creo que ni pensaba sobre lo que podía ser.Me puede de rodillas ante él, y mirándole a los ojos me acerqué su polla a la boca. La abría del todo... pero en lugar de metérmela comencé a darse besitos a ese glande rojo que tenía.Estaba increíblemente húmedo... me encantaba. Le empecé a sobar los huevos. Pensé que se iba a derretirSu cara era un poema... un poema de placer. Se notaba que era su ...

... primera vez... seguramente sólo se había hecho pajas en solitarioMientras le seguía sobando los huevos, esos huevos peludos que tenía, comencé a trabajarme el resto de su polla. La recorría como si fuera un clarinete y jugaba con mi lengua recorriendo sus venas. Le empezaron a dar espasmos y temí que ya se fuera a correr-¿Cómo vas?, le pregunte-No pareas... por favor-fue su respuestaYo le di un besito en el glande. Y le dije-No te has de correr antes que a la chica, eso no nos gusta, ¿lo sabes?. Túmbate en la cama... boca arriba-le dije a mi hermano. No pude evitar darle una cachetada en la nalga mientras se subía a ella_¿Crees que vas a aguantar?-no lo se... Ya estaba casi llegando. Es que... es que eres la mejor hermana-respondió mientras se tumbabaSe quedó quieto, boca arriba. Supongo que esperaba expectante lo que sabía que iba a llegarMe saque las braguitas que hasta ese momento tenía ladeadas y dejaban ver mi coñito. Me subí también a la cama. Él tenía una cara con expresión expectante.Puesto que cada uno de mis pies alrededor de su cintura. Su enorme mástil apuntaba al techo, apuntaba a mi húmedo coño. Poco a poco flexionando las rodillas hasta que tu glande acariciaba mi concha.Comencé a restregármelo, sin llegar a penetrarme. La sensación era tan placentera. Pero no pude aguantar más... me eleve un poco y me senté de golpe. Me atravesó como un rayoMe arrepentí en cuanto lo hice. Joder... era mucho más grande que cualquier poya que me haya cepillado. Al principio pensé ...