1. Mari Carmen, una madre muy ardiente.


    Fecha: 05/10/2018, Categorías: Incesto Autor: hagen2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... los ojos de Mari Carmen se posan al fin en la polla de su hijo Pablo, una polla grande, gruesa, temblorosa. Sin darse ni siquiera cuenta, Mari Carmen abre la boca, asombrada. Nunca había visto una polla como esa, tan grande, tan poderosa, tan gorda. Supera con creces a la polla de su marido y Mari Carmen siente que el coño le arde de pasión. Hacía mucho tiempo que no le veía el pene a su hijo, y , por supuesto, nunca se lo había visto en plena erección. Y es algo digno de verse, piensa Mari Carmen, extasiada en la contemplación de aquella polla que es la de su propio hijo. Mari Carmen vuelve a mirar a Pablo a los ojos, un Pablo que ya no se masturba, sino que espera, en silencio. Los ojos del muchacho brillan de deseo, de pasión. Mari Carmen sonríe y deja de taparse las tetas. Sus grandes melones quedan al aire y Pablo se deleita mirándolos y remirándolos. Luego, Mari Carmen da otro paso : separa las piernas y le muestra a su hijo su coño, entreabierto y jugoso, mojado y ardiente de deseo. Pablo no resiste más. Se mete en la cama, junto a su madre, que no hace el más mínimo esfuerzo por rechazarlo. Madre e hijo se abrazan amorosamente; Mari Carmen, sonriente, besa a Pablo en la boca, un beso de amor, largo y con lengua, que el muchacho no sabe contestar, perdido como está en la contemplación de la rotunda desnudez de su madre. Mari Carmen frota sus grandes tetas contra el pecho de su hijo y éste, flotando en una nube de deseo, gime con voz entrecortada. -Ah…ahh…- Pablo no ...
    ... sabe ni qué hacer. Lo que le está ocurriendo es algo que no había soñado ni en sus más sucias fantasías. Pero es real. Está realmente aquí, en la cama de sus padres, desnudo con la polla tiesa, junto a su desnuda madre. Y pronto sabe lo que quiere hacer. Coge las tetas de su madre con ambas manos y empieza a manosearlas y a acariciarlas, mientras, loco de deseo, besa aquellos maternales pezones, hinchados y duros como piedras. -Oh…¡Ohh!. ¡Sii!. - gime Mari Carmen, con los ojos semicerrados, hundiendo las manos en la cabellera de su hijo. Pablo parece no tener nunca bastante y durante muchos minutos no hace otra cosa que tocar, acariciar, estrujar y chupar las tetas de su madre. "¡Tetas, tetas, tetas!"- grita la mente de Pablo, desquiciada con tanta teta y tan a tiro. Los pezones de Mari Carmen son sometidos a intensas y prolongadas chupadas; los hermosos melones de la amorosa madre son lamidos por completo. Pablo siente en su boca la suavidad y la blandura de las tetas de su madre; descansa la cabeza sobre aquellas mullidas almohadas y gime de placer, sintiéndose féliz y cachondo como nunca había soñado estar. La polla se le pone a Pablo dura del todo, convirtiéndose en una pétrea lanza, gruesa y obscena, que surge de su bajo vientre como una invitación al placer más desenfrenado. Mari Carmen, con las tetas mojadas en la saliva de Pablo, le agarra la polla a su hijo con una mano. Debe detener aquella frenética adoración a sus tetas, si quiere llegar a algo…jugoso con sus hijo. ...
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