1. El Desafío (Re-pub)


    Fecha: 09/10/2018, Categorías: Voyerismo Primera Vez Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... giré y comencé a bajarle los chones.—Oye, ¿qué haces? —me preguntó la muy inocente.—Tú sólo ponte flojita y cooperando —le dije, mientras ya ensalivaba uno de mis dedos y así, con él, comencé a lubricarle la puchaa la tímida muchacha.Pese a que era notorio que aquello le gustaba, y que incluso estaba hasta por perder el equilibrio por la gustosa sensaciónrecibida, Pao trató de frenarlo al subirse de nuevo los calzones. Yo, sin embargo, no desistí.La volví a conquistar mediante dulces palabras y besos que Pao no tomó a mal, probablemente haciéndose la ilusión de unasituación romántica, no sé. Lo cierto es que, gracias a eso, de nuevo fui abriéndome camino.Poco después logré que se recostara en pleno pasto y así, con los calzones a media pierna, se me abrió, lista para recibir lengua.Fue así como la lubriqué de mejor modo para lo que vendría.Se la dejé ir hasta el fondo. La chica emitió un grito agudo y fuerte, noté una pequeña lágrima escurriéndole de uno de sus ojos,pero a pesar de su pesar ya no emitió negativa alguna. Incluso puedo jurar que alzó más su parte púbica como con intención debrindarme por completo su sexo.“¡Puta!”, en ese momento pensé.“Qué rico desvirgue”. Pues, sin yo preguntárselo, creí que en verdad lo era, se sentía bienestrecha.Mientras Paola emitía sollozos de satisfacción sincera, traté de encontrarme de nuevo con la mirada de Jimena, como paraenfatizarle que eso mismo podía ella disfrutar de mí. Sin embargo no la vi.Como lo único que me quedaba era la ...
    ... Pao, en ella me enfoqué.—Se ve que te hacía falta, ¿eh...?, golosa. Pero no te preocupes que ahorita te lo doy —y la penetré lo más rápido y fuerte quepude como para demostrarle lo que un hombre podría regalarle.Luego, al tenerla de a perrito, los chasquidos al chocar nuestras carnes eran muy morbosos y sonoros. Le perdí el miedo a quealguien nos descubriera y me afiancé de sus tremendas caderas con fuerza, mientras horadaba cada vez más rápido aquel antesvirginal agujero.La pinche Paola se retorció como tlaconete en sal, puedo jurarlo. Cuando nos volvimos a tirar en el pasto ella ya se mató solita. Sedio gusto con duros y frecuentes sentones.Luego la coloqué de espaldas al robusto tronco de un árbol inclinado. La sujeté de las corvas y la penetré furiosamente. Mientrastanto, Paola sudaba profusamente y, al tener a su atacador frente a ella, me confesó su sentir.—Aaaah, me gusta. ¡Aaayyy!—¿Estás a punto de…? —le cuestioné, aún sabiendo la respuesta.—¡Aaaaayyy! —gritó evidenciando aún más lo obvio.Puedo confesar que en ese momento me sentí feliz. Me sentí feliz de haberle provocado un orgasmo a la modosita chica. Nadie,hasta ese momento, le había ofrecido tal placer; está mal que yo lo diga pero lo considero cierto. Y en parte lo entiendo, no es muybonita que digamos, pero la verdad es que... tratándola, es buena persona; es simpática la chamaca.Confiando en que no había tenido contacto sexual antes, es que se la había metido sin látex de por medio, así que, al poco rato,Paola ...
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