1. Secretos de familia. Cuñada quiere sexo (2)


    Fecha: 10/10/2017, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    Cuñada quiere sexo continuación: Recuerdo a los lectores que esta es la continuación del relato anterior de, de cómo comenzó esta relación con mi cuñadita Dolores, una preciosura de, que me está bancando este período de carencia sexual por el embarazo y parto de Marta, mi esposa. En este tiempo tomó como propia la noble tarea de atenderme y dejarse iniciar en las artes del amor. Suspendí el relato la tarde previa a la primera relación sexual total, la entrega de su virginidad, para lo cual estuvo preparándose y buscando el momento propicio. Volvimos de la clínica, la madre de Marta quedó con ella, Dolores quedaba a dormir en casa. Después de dormir al niño, cenamos y brindamos con champán a la luz de las velas, luciendo lencería color rosa, obsequio para tan magna ocasión. Halagó su condición de mujer, transitando las mieles de la iniciación idealizada. Totalmente entregada en cuerpo y alma, colmadas sus expectativas respondía a las atenciones que la descolocaron gratamente. En el dormitorio, testigo silente de la entrega, brindis de burbujas, besos profundos cargados de pasión, volcán en erupción a punto de quemarnos en su lava. La visión de su cuerpo perdiendo los pétalos, dejando la Dolores en flor, con todo al descubierto, lista para amar y ser amada. La recorrí toda, besando, redescubriendo cada parte de su cuerpo. Las tetas chupadas con fruición, saltando de una cúpula a la otra, de una frutilla a la otra hasta que pidió acción en otra parte. - Papito, no aguanto más, ...
    ... abajo por favor! Obediente, asistí a las partes que reclamaban atención, profusión de jugos. Boca y lengua silencian la “boca inferior” de Dolores. Paleteada entre los labios vaginales, saboreando el jugo del deseo. Estaba lista para dejarse, invadir en su intimidad. De espaldas, almohada bajo los glúteos, abrió los labios librando de vello el acceso al miembro que posaba la cabeza entre ellos. Dejarla sentir el contacto, moverlo por toda la abertura, urge acción, me atrae, metiendo la cabeza en la argolla. Resiste al primer embate, en el segundo nos apretamos y vencemos empujando ambos, entro en ella, la cabeza del miembro desgarra la virginidad. Entro en la mujer. Gime, grita, al momento del ingreso, pausa y beso para acallarla. Sin soltar los labios, la entro todo, hasta el fondo, abre el grosor del choto la estrechez de la virgen. Libres los labios, no hay gritos, sí quejidos, asiste en los movimientos que siguen a la penetración, moviendo con ímpetu. Tomada de los hombros, ella cierra las manos sobre mis brazos aprieta para amortiguar el dolor de la penetración cuando el movimiento se hace más enérgico. Regulo el vaivén en la conchita, dando tiempo a “sus tiempos”, que pueda gozar. Cambiamos, ella arriba, el pitón de carne enterrado hasta las bolas, empalada, cabalgando, entrando y saliendo, el ritmo varía según lo que siente. El “galope” y la fricción sobre el clítoris la hacen gozar, perdida en estas sensaciones se aproxima sin notarlo a la culminación del primer acto ...
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