Como descubrí mi fetiche por los pies - Relatos Eróticos

Como descubrí mi fetiche por los pies

... pues así fue, nos volvimos a desvestir, le dije que el condón lo había tirado ya y me dijo que no había problema y saco uno de debajo de su almohada, estábamos de pie y él se arrodillo a mamarme la verga, que poco a poco se fue parando, y pues ya cuando se volvió a levantar, me puso el condón, y se acostó boca arriba, y pues nuevamente empecé a penetrarlo, no sé si fue que me puse nervioso de que fueran a llegar, pero no lograba la misma excitación, empecé a desesperarme, cuando creía que había valido y le iba a quedar mal, pude sentir su pie en mi cara, pues me lo estaba cogiendo con los pies al hombro, y vi sus pies y me maravillaron, eran muy blanquitos, más que el resto de su cuerpo, suaves, con las uñas perfectamente recortadas y lo que hice fue de que empecé con una mano empezar a acariciárselos, a pasármelos por la cara, cerca de mi boca, los olía, acariciaba sus piernas velludas, eso sí, no le había sacado la verga del culo, y pude sentir que mi verga había recuperado su fuerza, así que comencé de nuevo a bombearlo, se la metía y se la sacaba toda, medianamente fuerte, y de pronto, se me ocurrió empezar a lamer su pie, y me lleve su dedo gordo a la boca y empecé a hacer como si se lo mamaba, el cerraba los ojos y gemía mientras se empezaba a masturbar con más fuerza, ...

... sabía que pronto iba a terminar, así que baje sus pies e hice como si con ellos abrazara la cintura, lo tome de las caderas y empecé a darle con fuerza, y entre sus gemidos y los mios se le escapaba un …aaah.. me vengooo me vengooo… y empezó a dar sus disparos de leche que el primero, fue a dar a mi pecho, y yo al sentir esto, me vine junto con el dentro de su culo, dándole unos tres golpes fuertes llenos de leche, su abdomen estaba lleno de su propio semen, no era tanta, pero si le escurrían por su abdomen, por último, nos besamos nuevamente, y me dijo que iría por una toalla, nos limpiamos y ya salimos del cuarto. Después de esto, pues estuvimos charlando unos 10 min más en la sala, me conto que desde la mañana había estado bien caliente y que ya se había hecho como dos pajas y no se le bajaba, y me dijo que, con esa cogida, había quedado bien desfogado, me dijo que le di una buena cogida, y que a ver cuándo volvíamos a coger así de rico. Ya me fui caminando a mi casa, y por el camino no dejaba de pensar en sus pies, tan bellos, por la noche tuve que jalármela de nuevo porque recordar la sensación me hacía prenderme. Bueno, por el momento es todo, espero les haya gustado y dejen sus comentarios calientes. Para la próxima vez le contare que más paso con mi vecino Oscar. Saludos