La chica del camping
Fecha: 12/10/2018,
Categorías:
Primera Vez
Sexo en Grupo
Lesbianas
Autor: aboixbcs, Fuente: xHamster
... estoy obligada a hacer nada que no quiera y… -me quedé callada unos segundos pensando si terminar la frase o no.-Y… ¿Qué? –escuché a Gabi decir interesado al otro lado del teléfono.-Pues que, tal vez… Y solo tal vez… Hasta podría llegar a dejarme llevar por los placeres que ofrece un sitio así… Eso es lo que me da miedo –le confesé –que no me controle. Y me preocupa no saber dónde está mi límite ahora mismo que, como hemos podido comprobar, parece que ha desaparecido… -.-Pues entonces no deberías controlarte. Si el cuerpo te pide explorar, no tengas miedo de hacerlo. Además, me tienes a tu lado para protegerte… -.-¿Para protegerme o para aprovecharte de mi desinhibición? –bromeé.-Para protegerte por supuesto… Aunque no me importaría tampoco acompañarte en tu desinhibición, que no es lo mismo que aprovecharme de ella… -.-Pase lo que pase esta noche… ¿Puedo contar contigo? –pregunté.-Sabes de sobra que sí –me contestó Gabi.Agradeciéndole esa respuesta pasé a ponerle fin a la conversación. Había tenido la oportunidad de conocer a Gabi y de que él me conociera a la par que habíamos confesado nuestros sentimientos y, aunque todo siguiera aun el aire, los dos debíamos tener la misma sensación: La de que, de alguna extraña manera, ahora estábamos más íntimamente unidos que antes de esta conversación.Mientras conducía empecé a recordar momentos de las tres conversaciones y, sin querer, me puse un poquitín cachonda. Eva conocía los locales liberales y eso me daba seguridad. Estoy ...
... convencida de que ella sabría llevar la situación perfectamente y, conociéndola, terminaría por llevarla a un grado de excitación que podía ser el detonante de cualquier cosa. Ese “cualquier cosa” me hizo pensar en Elena y en el hecho de que estaba dispuesta a vivir esta experiencia abierta a la posibilidad de que pasara cualquier cosa. Es curioso porque, tras venirme a la mente ese pensamiento sobre Elena, el siguiente fue imaginarla desnuda y en actitud sexual y, dicho sea de paso, Elena así me ponía bruta. Luego pensé en Gabi y en las ganas que tenía de echar un buen polvo con él y, con todo esto mezclado, me entraron tales sudores que a punto estuve de hacerme mi primer dedo al volante. Cosa que evite porque, en la carretera, lo primero es lo primero. Pero no os podéis hacer una idea de las ganas que me entraron de repente de llegar cuanto antes a Mojácar.Después de hacer una nueva parada, en la que ganas me dieron de calmarme los picores en el aseo, de comer algo y de comprar refresco para el último tirón del viaje, volví a llamar a Eva. Le estuve contando lo que había hablado con Gabi y con Elena y también le confesé lo mala que me había puesto al fantasear con lo que podría dar de sí la noche.-¿Y vienes conduciendo con esa tensión sexual? –me preguntó.-Sí hija, sumada a la propia tensión que, ya de por sí, provoca un viaje tan largo. Cuando llegue al bungaló no sé lo que voy a hacer, si tirarme en el sofá a intentar relajarme o si restregarme como una posesa contra el pico ...