Pagando deudas ajenas
Fecha: 18/10/2018,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Voyerismo
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Esa noche Víctor me había advertido que regresaría tarde a casa. Por lo tanto, decidí dedicarme a mí misma. Me sumergí en la bañera para darme un relajante baño de inmersión caliente y, además, me hice una tremenda paja con mis dedos traviesos. Después de aullar como loca allí adentro, sabiendo que nadie me oiría, salí de la bañera, sequé mi cuerpo suavemente y me vestí solamente con una breve tanga,Me recosté en el sillón frente al televisor, para disfrutar de una buena película erótica. Apenas había comenzado, cuando llamaron a la puerta.Desconfiada como siempre, pensando que a esa hora ya no esperaba visitas, abrí apenas una rendija hasta donde permitía la cadena de seguridad. De inmediato, antes de que pudiera asomarme, una violenta patada rompió la cadena y abrió la puerta de par en par, haciéndome caer al piso.Dos hombres corpulentos entraron empujándose entre ellos.“Quiénes son ustedes, qué quieren…?. Pregunté asustada.“Buscamos a tu marido, nena… dónde está…?” Dijo uno de ellos.“Todavía está trabajando, vuelve en cualquier momento…” Respondí.El tipo comenzó a caminar hacia donde yo estaba en el suelo. Comencé a temblar, pero intenté reptar hacia atrás para tratar de conservar la distancia. Se estiró y me levantó jalándome por los cabellos…“Tu marido nunca trabajó, nena… dónde está ahora…?” Insistió.Me empujó hacia atrás, contra el otro hombre, que se había colocado a mis espaldas. Este segundo tipo me abrazó por la cintura y me pegó contra su cuerpo. Pude sentir la ...
... dureza de su verga presionando contra mi culo casi desnudo.“Ya te dije, está ahora en su oficina…” Respondí, ahora más asustada.Intenté zafar del abrazo del segundo hombre, pero él entonces subió sus manos y aferró mis tetas desnudas. Se me endurecieron los pezones al instante y mi concha comenzó a humedecerse.“Ah, Carlos, no te puedo decir qué buenas tetas tiene esta putita…”Dijo, mientras me sobaba las tetas y me lamía la oreja con lascivia.Su amigo sonrió y le advirtió:“Te dejo esas tetas, Pepe… a mí me toca ese culo apretado…”Comencé a lloriquear, suplicándoles que no me lastimaran. Todavía no podía entender su insistencia en conocer el paradero de Víctor…“Si tu esposo no nos paga, nos vamos a tener que cobrar con vos…” Dijo el tal Carlos acercándose a mi cara.“Vuelve en cualquier momento” Mentí, como última defensa…Entonces Pepe me apoyó decididamente la pija tremendamente dura contra la raja de mi culo. Mi tanga se perdía entre mis cachetes; así que casi no me cubría nada. Una de sus manos bajó por mi vientre y pronto sus dedos se deslizaron por dentro de mi tanga, llegando a acariciar los pliegues de mi labia…“No por favor… déjenme…” Rogué, no demasiado convencida, mientras luchaba contra mi calentura y las ganas que tenía de ser cogida.Quise quitar la mano de Pepe; pero una vez que mi mano se posó sobre la de ese hombre, le permití continuar acompañando sus movimientos.Carlos se acercó y paso su lengua por mi cara. Pasó sus dedos por el elástico de mi tanga y de repente ...