1. Rompeme en pedazos - 2


    Fecha: 21/10/2018, Categorías: BDSM Autor: ViejitoMalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... de tu verga enhiesta. -Te van a arder un poquito los ojos, nene, -dijiste, mientras te pajeabas fuertemente con tu mano derecha. -¡¡Dámela…!! ¡Tirámela toda donde vos quieras…! ¡¡¡Llename toda la cara con tu leche!!! En medio de rugidos empezaste a acabar sobre mi cara, llenándome de leche los ojos que por no poder cerrar ardían más todavía. Toda mi cara quedó bañada con chorros de tu semen, mientras me mirabas, en medio de tus últimos estertores posteriores a la feroz eyaculación que te (me) guardaste para este momento... En eso sí éramos parecidos: acabábamos los dos como si tuviéramos un sifón de semen... Me quería agarrar la pija para masturbarme, pero era imposible tocármela sin que me doliera. Desistí. Ya me mataría a pajas en otro momento. -Limpiátela con los dedos… Ya sabés lo que tenés que hacer… Pasé mis dedos por encima de mis ojos, antes que nada, pero igual me seguían ardiendo. Los llevé a mi boca y me los chupé para limpiar toda tu leche, que después tragué. Repetí el procedimiento con toda mi cara, mirándote, aún con mis ojos enturbiados y ardidos. Toda tu abada pasó de mi cara a mis manos, de mis manos a mi boca, y de mi boca a mi estómago, para digerirte, y ...
    ... para que así fueran a mi torrente sanguíneo, para que tus espermatozoides pudieran coger y preñar a cada una de mis células. Me soltaste los pelos. Me apoyé en las manos para no caerme al piso. Me mirabas, todavía con la pija - ahora un poco más floja - en la mano. -¿Qué? ¿Hay postre…? –pregunté. -¡¡Sí, vicioso de mierda, tomá!! –y empezó a caerme un fuerte chorro de tu tibia meada en el pelo, la cara, los ojos, el cuerpo, la pija, las piernas… Estabas bañando en orina todo mi lastimado cuerpo… Hasta que cortaste abruptamente el chorro. -Abrí la boca. Todo lo que te quedaba de orina, que era bastante, fue a parar a mi boca, para que yo la degustara y tragara, mientras me pasaba mi mano por todo mi cuerpo, para asegurarme de que todo él quedara cubierto en tu meo… ¡Hubo postre completo! -¿Listo, putito?-me preguntaste. -Por ahora sí. -Vamos, entonces, que te llevo a la ducha y después a curarte. Te agachaste y me levantaste en tus brazos como si yo fuera un muñeco, mientras me abrazaba a tu cuello, y apoyaba mi cabeza en tu pecho. -Te amo papá. -Y yo a vos, nene, pero tenés que hacerme caso cuando te ordeno algo... Besame, dale, y dejá te cogerte a tu vieja cuando yo no estoy. 
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