1. Mi hermanita Hayde


    Fecha: 23/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sigilosamente me dirigí a su recamara que quedaba casi frente a la mía. Era tarde y como sabía que Haydecita tenia el sueño pesado y que la recámara de mis padres estaba en el otro piso, eso me daba libertad de acción. Abrí muy despacio la puerta del cuarto y penetré la habitación. Lo que allí vi fue algo realmente sublime: allí estaba Haydecita, acostada , vestida nada mas con una pijama transparente, que dejaba ver la voluptuosidad de su cuerpo en toda su extensión. Dormía plácidamente, y el reflejo de la noche de verano la alumbraba tímidamente. Podría habérmela quedado viendo toda la noche. Estaba hermosa: acurrucada de espaldas hacia la puerta, su trasero sobresalía y podía ver el calzón que tenía, llevaba el cabello suelto, desparramado hacia atrás, y sólo se oía su somnolienta respiración.El corazón me latía furiosamente, mi respiración era pesada - debido a los nervios, a la ansiedad y por supuesto a mi excitación - me moví rápido y silenciosamente. Me acerqué. Lentamente estire la mano, y la posé sobre sus nalgas. Éstas estaban cubiertas por la delgada seda de la pijama y se podía percibir la tibieza del cuerpo de mi hermana. Eran unas nalgas realmente grandes y redondas. Me di gusto acariciándolas, pasé mi mano una y otra vez, muy suavemente, cuidando de no hacer movimientos bruscos que pudieran delatarme, luego subí a la espalda, toqué esa piel tan suave y tersa que siempre había deseado, después mi mano siguió subiendo, y me interné en el más suave y sedoso ...
    ... cabello que jamás había tocado, lo acaricié por un rato, lo olí, su aroma era divino ; realmente Haydecita con 15 años ya era una mujer, y olía a mujer . Esa noche sólo me dediqué a acariciar su cabellera y a tocar sus nalgas. Me sentí culpable y por un momento creí estar enfermo, imagínense : morbosear a mi propia hermanita es ya bastante pero de allí a tocarla. Prometí no volver a hacerlo.A la mañana siguiente en el desayuno me saludó como siempre lo hacía, a mí me daba una vergüenza terrible y la evitaba. Ese día no pude dejar de pensar en lo que había hecho, pero con el quehacer diario se me olvidó. Esa noche al acostarnos me dio las buenas noches con un beso, yo traté de borrar cualquier pensamiento morboso de mi mente y creo que lo conseguí. No fue sino como hasta bien entrada la noche que desperté con una erección bastante fuerte y unas inmensas ganas de sentir la piel de Haydecita. Me levanté, sin tanto sigilo como la noche anterior - ya estaba perdiendo el miedo - y me dirigí a la recamara de mi hermana. Abrí la puerta despacio, y allí estaba Haydecita, como la mas bella de las muñecas, durmiendo su hermoso sueno, sin imaginar las cosas que tenía en mente para ella. Ya con más decisión me acerqué - tenía que explorar mejor el terreno - una delgada sábana la cobijaba, esta vez dormía del lado de la puerta así que veía su rostro y la parte delantera de su bello cuerpo. No lo pensé dos veces y muy sutilmente retiré la sábana que la cubría, sabía que casi no lo sentiría ya que ...
«1234...»