1. Cautiverio: día 2


    Fecha: 05/11/2018, Categorías: BDSM Sexo en Grupo Tabú Autor: coleccionista, Fuente: xHamster

    ... húmeda, al igual que sus piernas y pecho. Hasta ahora tragarse su orgullo había sido lo más difícil, pues incluso se puede decir que el hombre de traje había sido amable.El colgado seguía gimiendo mientras era penetrado brutalmente. Samanta notó que entre sus piernas se escurría un río de semen que chorreaba desde su ano. El olor a sexo duro era fuerte, no lo conocía, pero estaba segura de que era eso, un olor entre sudor y semen. Casi como un zombie, Samanta se acercó, pasando entre algunos hombres que estaban descansando después de haber acabado en el culo del colgado.Al acercarse se fijó que el duro pene del colgado chorreaba un líquido transparente y espeso desde la punta, donde su glande palpitaba, lubricado. Varios de los hombres desnudos se rieron en voz baja, comentando algo, y Samanta se dio cuenta que se había quedado unos segundos quieta, mirando el pene frente a ella. Cerró los ojos aguantando su respiración abrió la boca e introdujo el húmedo glande del colgado.Sin sacarlo de su boca le pasó la lengua alrededor, tal y como le había indicado el hombre de traje, sin embargo, éste ya estaba más que húmedo. El colgado gimió, estremeciéndose, y su pene se introdujo más en la boca de Samanta. Pasó lo mismo cada vez que lo embestían por detrás. No dejaba de salir aquél líquido espeso, lo sentía salir con la lengua, saboreándolo un poco antes de que fluyera desde su boca hacia su mentón y luego hacia su cuello, y así, de a poco comenzaba a mojar su vestido, empapando ...
    ... su pecho, además del sudor.El hombre que penetraba al colgado terminó. Sintió su última estocada en su boca, más fuerte y larga. Cuando se retiró de su ano cayeron gotas de semen al piso, donde había una pequeña poza. El último de la fila había comenzado a penetrarlo cuando el hombre de traje habló a su costado:-Párate y dóblate en noventa grados.Samanta dejó el pene del colgado por un momento, y al separarse de éste cayó saliva y ese líquido espeso de su boca, mojando aún más su pecho y vestido, también tenía mojada sus piernas, especialmente entre sus nalgas y sus muslos, donde sentía especialmente caluroso. Hizo lo que dijo el hombre de traje. Se paró y luego se dobló, dejando su culo expuesto. Se sostuvo con sus manos apoyadas en sus rodillas.-Sigue chupándoselo.Y Samanta obedeció, no tenía opción, estaba completamente sometida, prefería eso a seguir siendo golpeada. Siguió haciéndole sexo oral al hombre colgado, esperando el propósito de esa posición.Y al poco rato sintió un roce en su trasero, suave y cálido. Sintió una fría brisa que acarició sus húmedas piernas y entrepierna. Cerró los ojos y siguió chupando, mientras un escalofrío recorría su cuerpo. Sintió de nuevo la caricia, seguida del contacto de algo mucho más suave y cálido, resbaladizo y húmedo, que de a poco cruzó sus glúteos por completo, llegando hasta su centro. Dos manos suaves y sensibles la agarraron de las nalgas y la abrieron. Samanta quería llorar, pero todo era tan suave que prefería eso a intentar ...
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