1. El desafío: ¿Qué hacer cuando te desafían a coger?


    Fecha: 15/11/2018, Categorías: Primera Vez Voyerismo Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos

    ... Chío sólo había conservado la parte superior de su ropa y así se me entregó. Cuando por fin la penetré, rompiendo su inocencia y su himen para siempre, sabía muy bien que Chío ya no volvería a ser la misma chica que aún dormía con ositos de peluche. De hecho, le tiré la mayor parte de ellos de su cama para hacerme espacio, y así no nos estorbaran en nuestra faena sexual. Y vaya faena que gocé con la antes recatada niña pues, por primera vez en su vida, Chío supo lo que eran las posiciones sexuales. Supo que al colocarse sobre sus cuatro extremidades, y ofrendarme así su trasero, se trataba de la posición comúnmente llamada de perrito, o doggy style como ella le gustó decirle desde ese momento. También supo a qué le llamaban cabalgar una reata cuando ella misma me montó como una verdadera jinete o, mejor dicho, vaquerita, pues indudablemente eso parecía, una experta vaquerita montando una terrible e indómita bestia. Y lo aprendió tan bien que igualmente lo hizo al estilo inverso, con buenos movimientos de su parte, debo decir. Me ofrendó así su delicioso trasero y me sentí como un venturoso truhán. Jimena, desde el corredor, pudo atestiguar el cambio radical en su compañera de colegio. A partir de ese momento ya no sería más la inocente chiquilla que destacaba en la escuela por su buen comportamiento y excelentes notas. Nadie se imaginaría el verla así, gimiendo y gimiendo sin parar, víctima de los empujones que yo mismo le daba al meterle mi verga con el mayor brío, como si ...
    ... quisiera partirla en dos. Chío cambiaba frecuentemente de posición, como si quisiera probar todas las posibles: Abría sus piernas al máximo para dejar entrar al invasor, las cerraba para capturarlo en su intimidad. Se dejaba caer boca abajo regalando así ese delicioso culito a mi insaciable boca que no hallaba freno. Se sentaba sobre mi regazo para que así, frente a frente, nos pudiéramos besar. Y todo eso estaba siendo grabado por Jimena, ¡wow! ¡¡¡La sensación erótica era maravillosa!!! No podía estar más satisfecho. No obstante, al final; previamente de que aquella, antes virginal chiquilla, llegara al culmen de su propio record de orgasmos; expulsó, inevitablemente, un gas intestinal como sonora trompetilla. A Jime casi la delata la risa al ser testigo de aquello que, para su fortuna, lo tenía guardado gracias a la cámara de su celular. “La chica del cuadro de honor echándose un pedo en pleno agasajo sexual, esto sí que está bueno” pensé, deseando ya ver la grabación. Sostuve con fuerza su estrecha cintura, quien no dejaba de emitir gemidos y sollozos de placer. No dejé de empalarla con contundencia desde atrás, incluso no me detuvo aquel oloroso gas que con total insolencia se disparó hacia mí desde aquel menudo cuerpo. Ella tampoco dejó de gemir por ello. Parecía como si entre todo ese disfrute no tuviera plena consciencia de sí misma. —¿Se te escapó? —le pregunté en su momento. —¿Qué...? ¿Qué cosa? —me respondió, casi fuera de sí. —Pues qué va a ser, ese pedo. Los dos ...
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