1. L.S.D. y los mosqueteros


    Fecha: 17/11/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sobre mi espalda, y ambos de lado, abrazando a Aramis.Estabamos rendidos sobre la alfombra, acariciándonos con suavidad. Sonreíamos. Unos minutos después ella dije:- Ha sido increíble- y regaló una caricia a ambos- Sabéis que? Me gustaría que me la metieseis los dos a la vez....- Ufff, no sé si va a poder ser...- Yo también necesito descansar...- Tranquilos, que tampoco tiene que ser ahora. Si os parece me pongo algo y voy a preparar una infusión. Algo de efedra, para recuperarnos antes.- Vale, nos parece bien.Salí de la sala, y tras unos minutos regresé con una falda plisada y un top. En mis manos llevaba una jarra y tres vasos. Ellos se habían puesto unas camisetas y hacían zapping en la tele, que no ponía nada interesante.- Hay que dejarla reposar. No echan nada?- La verdad es que no. No tienes ninguna peli?- No como no queráis terminar de ver la porno......En ese momento nada me parecía importante. Estaba sentada entre mis dos mejores amigos, compañeros del viaje psicotrópico que había comenzado una hora antes en el salón de mi casa. Empezamos a hablar de sexo, cada uno comentando sus experiencias, lo que más le gustaba de una pareja. Les dije que tenia que buscarme un novio urgentemente, que no podía pasarme las noches masturbándome, y Dártagnan me miro con su sonrisa maliciosa y me pregunto:- ¿Cómo haces para masturbarte?¿Te acaricias el clítoris o te metes el dedo? Cuéntanos, nosotros no sabemos de estas cosas.Como la poca vergüenza que tengo la había dejado en la ...
    ... estación de la conciencia, decidí darles una buena sesión de sexo autocomplaciente en vivo. Me puse de pie y me coloque frente a ellos. Sin levantarme la falda me baje las braguitas y me recogí el top.-Primero tengo que estar medio desnuda y ya sabéis que las niñas malas no solemos ponernos las bragas.Me senté en el sofá con las piernas cruzadas, de forma que pudiese acariciarme sin que ellos lo vieran directamente gracias a la falda que apenas cubrían mis muslos. Les dedique mi sonrisa más lasciva y me imagine lo indecente que debía estar medio desnuda, con mis trencitas y mi mirada perversa, y confieso que me excito pensar como me verían ellos.Me metí un dedo en la boca, dispuesta a ser mala, tanto que ellos ardiesen en el fuego de mi juego. Jugué un rato con el entre mis labios, dándoles tiempo para que se imaginasen el placer de tener sus sexos erectos dentro de mi boca, con mi lengua lamiéndolos vorazmente. Con la otra mano me acaricie el cuello, dejándola resbalar sobre el pecho. Me acaricie muy despacio los pechos, recorriendo despacio cada cm de piel, sosteniendo los pezones entre mis dedos, pellizcándolos y frotándolos hasta que sentí que una caliente humedad fluía entre mis piernas. Instintivamente me lleve la mano a mis muslos empecé a ascender por debajo de la tela oscura. Ellos no podían verlo, pero cuando un gemido brotó de mis labios supieron que había llegado al fondo. Volví a gemir, realmente lo estaba disfrutando, pero ellos querían verlo todo, hasta el más ...
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