1. SEMILLAS DE INCESTO


    Fecha: 18/11/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... miembro de Juan cada vez se hundía mas. - ¡Papito me duele, hágame despacio! Y se puso a llorar. Juan se detuvo. - Mi tesorito, no llore que ya no le va a doler más. Yo estaba tan concentrado masturbándome y viendo a Juan desvirgando a su hija que casi me delato con un grito al sentir una manito calida que cogió mi mano libre, había supuesto mal pues Carmela estaba despierta, se asomo y vio a su hermana ensartada por el miembro de su papá, miro por un corto tiempo y en silencio me haló para mi alcoba, ya dentro me dijo en voz baja: - Miguel, tengo miedo. - ¿De que Carmelita? - De que mi papá me haga lo que le está haciendo a Sandra. - Tranquila que yo te protejo. - Pero es que usted también lo tienes parado. - Si, pero no es por ti, ven metámonos bajo la cobija que esta haciendo frío. - Carmela, ¿desde cuando tu papá le hace eso a Sandra? - Desde el cumpleaños de mi hermana nos acaricia la almejita, la vez pasada nos metió un dedo a Sandra no le salió sangre, a mí me dolió y me salieron unas gotitas de sangre. Nos quedamos en silencio escuchando al principio los quejidos, luego los gemidos de Sandra y los jadeos de Juan. Me imagine a Juan, un hombre rudo de campo con un miembro considerable dentro de la almejita de su niña, esa rajita que yo le había visto en varias ocasiones y mi pene ansioso empezó a dar brincos. Carmela se arruncho junto a mí con mi brazo izquierdo de almohada, sus ojitos muy abiertos concentrada en los jadeos de su hermana, yo un hombre de 24 años me ...
    ... veía raro con una niña de 8 años y medio entre mis brazos y tratando de comprender lo que ella estaba sintiendo, en un ataque de ternura la abracé fuerte y le di un beso tierno en los labios, ella no protesto. - ¿Te gusto lo que te hizo tu papá? - Es que las caricias son muy buenas, lo que duele es que le metan el dedo a una, dijo Carmela. Seguimos escuchando y la niña acercaba su cosita contra mi pierna, yo la dejaba hacer sin decirle nada mas bien me acomode para que ella se encajara bien y sentirle su vaginita caliente y húmeda con mi pene. - Miguel, tóqueme pero no me lo meta, dijo jadeando y con su carita sonrojada. - Te lo prometo, no haré nada que tú no quieras y le baje las braguitas. Le acaricie suave su tierna vaginita apretándole el botoncito del clítoris, con su respiración entrecortada y unos estremecimientos en sus caderitas se mojo, yo empecé a sobarle mi miembro en su rajita hasta que en borbotones la bañe con mi semen, se notaba que ya lo conocía porque al limpiarse con una toalla que le di no pregunto nada, oímos cuando Juan y Sandra terminaron con el quejido propio de la eyaculación. - Mi amorcito, márchese para su cuarto sin hacer ruido, le dije a Carmela y si su papá la llama para hacerle eso, dígale que la deje quieta o si no me cuenta. Al otro día yo miraba a Sandra con disimulo, lo único raro que noté era que a cada rato se sobaba la entrepierna como rascándose. Una noche escuche los gemidos de Sandra y el grito final de su primer orgasmo. Pasaron 2 años ...