1. Gracias Fernanda


    Fecha: 22/11/2018, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... mis lentes y cartera a mi bolsa y miré alrededor. Ni un alma. Los árboles de la calle llenos de agua llenaban de sombra la banqueta. Saqué mi paraguas, puse mis pies en el piso empapado y salí del auto, Caminé bajo el aguacero. hasta la puerta del edificio. Entré con los pies mojados y subí por las escaleras en penumbra. al llegar a mi puerta me sorprendió ver a dos hombres sentados en los peldaños. Uno el jardinero y otro el plomero del edificio del frente. Señores cincuentones, fornidos y de aspecto rudo. Me vieron y se sonrieron maliciosos. Mira que ricura dijo uno. El otro contestó: te estábamos esperando corazón. Era obvio que me habían pescado infraganti. Y no me iban a dejar pasar así como así. Primero pedí permiso pero me advirtieron que si hacía escándalo despertarían al vecindario. Mejor bajé la cabeza y los invité a pasar. En cuanto estuvimos dentro, el plomero me sujetó con suavidad los hombros y me advirtió. Mira chico, no tengas miedo. Esto te va a gustar mas de lo que te imaginas. El jardinero sacudió mi pelo con cariño y me dijo: te traigo unas ganas que no te imaginas "mijo". Era notorio que habían bebido alcohol. Pero lucían afeitados, con ropa limpia. Olían a loción tipo lavanda añeja. O sea iban decididos a seducirme. Del susto pase a la calma y luego a la excitación. Dejé mis sandalias y caminé descalza hacia mi recamara seguida de los dos machos en celo. Ya en mi papel, voltee coqueta y le puse un dedo en la boca al plomero como indicándole silencio. El ...
    ... sintió cuando mi mano bajaba el cierre de su bragueta. y saltó un poco cuando introduje mis dedos y encontré su pene hinchado. Lo aprisioné y jugué con él, mientras le sonreía viendolo a los ojos. Mientras, el jardinero se mantuvo atento y vi de reojo que se bajó el zipper. Entonces, cuando ambos tenían su virilidad de fuera, sujeté el pene del plomero con mi derecha y el del jardinero con mi izquierda. Los froté suave aprentádolos con cariño y jalándolos traviesamente hacia mi. Creo que nunca se imaginaron que fuera tan experta. Seguí frotándolos y ellos empezaron a cerrar los ojos. Ni siquiera se dieron cuenta cuando me agaché, hasta que empecé a succionarles el pene alternadamente. Oí que el plomero decía. Ay cabrona. Ni mi vieja chupa tan rico. Y el otro jadeando balbuceaba. No inventes putito. que rico mamas. Los dejé prendidos pero cuidando que no eyacularan. Me paré frente al jardinero y le dije coqueta: no soy putito. Soy Fernanda. Y lo besé chupándole los labios y dejándole el propio sabor de su pene. De pronto sentí un jalón en mi cintura. El otro hombre me bajó de un tirón el pantalón y el calzón. Viendo esto el jardinero me abrió la blusa. Uno me levantó del piso y me llevó abrazado hasta la cama. el otro vino detrás. Me acostó boca arriba y me sacó la tanga de encaje. Se echaron a la suerte quien iba primero y les pedí que apagaran la luz y abrieran las persianas. Quería ver la lluvia mientras me me poseían dos hombretones calientes. No tengo idea si alguien vio ...