1. Satanica


    Fecha: 22/11/2018, Categorías: Zoofilia Autor: Key-Q, Fuente: SexoSinTabues

    ... nuevamente donde mí y no pude seguir observándolo. , esta vez también me agarró de la cintura pero quedó bien centrado en mi retaguardia. , no tardando en percibir la puntita de su cosa entrar un poco entre mis labios vaginales para en tres o cuatro rápidas estocadas más percibir que hasta ese cototo había entrado y ya se estaba batiendo a una increíble velocidad dentro de mi vulva. , la que a cada instante se sentía más repleta e invadida por una agradable hinchazón que anunciaba un diferente y nuevo orgasmo, el que coincidentemente se inicio con el comienzo de su eyaculación e iba increchendo. Pero al cuarto o quinto chorro de su caliente semen que percibí entrando en mi matriz, mi maldito perro ya se estaba bajando para un costado, haciéndome entender que los caninos eran otra especie más de eyaculadores precoces de la naturaleza. , pero en esa misma fracción de segundo mi sentimiento de decepción pasó a susto y asombro al percibir que su pene como que arrastraba mis viseras con él. , esa protuberancia se había hinchado tanto dentro de mí que ahora no salía. Pero cuando estaba así medio de costado con su muslo izquierdo por sobre nuestro acoplamiento su pene aún seguía escupiendo sus semillas al interior de mi matriz y luego de un instante paso esa pierna por encima de mis glúteos y quedamos trasero contra culo con su aparato absolutamente volteado para atrás. Pese a dicha torcedura mi perro aún seguía eyaculando en mí y sentía como me iba llenando de su esperma con cada ...
    ... chorro, disfrutando con cada latido de su dura y caliente protuberancia. , ese palpitar algo estimuló en mi interior que me sumergió en un profundo y exquisito orgasmo que se sobre puso al anterior e hizo convulsionarme el vientre de placer y temblar casi todo mi cuerpo, sumiéndome en una especie de trance en que lo único que existía era la unión de nuestros sexos, pasando a ser el resto de mi cuerpo y mi mente algo secundario. Sentía que mi vulva se contraía como ordeñando el miembro de mi perro que no paraba de darme el mejor de los placeres. Uuuuffff. , su larga acabada no me paraba de asombrar y apoyando mi rostro de costado en el piso aproveché de frotar mi clítoris con una mano mientras con la otra amasaba mis senos y pellizcaba los pezones. Si bien se pierde la noción del tiempo cuando se está disfrutando de un buen sexo, en el reloj de la cocina vi la hora cuando terminaba de desayunar e instintivamente lo hice cuando mi perro me descorchó cual botella de champagne. , no sonando tal cual pero si un extraño ruido hizo su aparato al salir y dejar escurrir el exceso de semen desde mi interior. Entre el lengüeteo previo y el coito mismo, calculé que me tuvo abotonada por cerca de 20 minutos, minutos de intenso gozar que evidenció el inmenso suspiro que di al sentir salir su apreciado pene. , pene que al verlo como salió se veía grotesco, pero no dudé en ir a acariciarlo de lo agradecida que estaba. Esa bola era enorme y claramente entendía porque no había podido salir, la ...
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