1. MATEO


    Fecha: 08/12/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... vacilar: vas a besar mis pies e irás subiendo lentamente a medida que te lo indique hasta llegar a mis pelotas. Busque sus pies, primero el derecho y lo besé, pasando mi lengua desde el talón a los dedos, eran perfectos, pies delgados, dedos largos y prolijos, los besé con amor. Me dijo que subiera, besé sus piernas, llegué con entusiasmo a sus huevos peludos, ese olor particular me volvía loco, era el de un hombre. Su pene duro y grueso se humedeció en mis labios, ya no era violento, me dejaba ser. Tome con una de mis manos el pene mientras se ponía mas duro y se movía bruscamente de un momento a otro. El olor era intenso, sus huevos se hinchaban y yo los tocaba suavemente con mis dedos, a la vez que mi lengua lo recorría todo. Mi nariz, mis labios en continuo contacto con sus risos y por momentos mis mejillas también, sus risos suaves y en abundancia, esa cálida sensación que nunca olvidaré. Era real al fin y al cabo, su pene se me hacía cada vez más enorme dentro de la boca, su liquido sabroso, su olor ...
    ... reconfortante y placentero, sus abundantes risos me erizaban por completo. Y yo seguía lamiendo su glande en llamas y a punto de explotarme en los labios, y sí! Explotó en mis labios y lo bebí y él se estremeció, sus pies se fruncían, sus piernas temblaron débilmente y cerró sus ojos, mientras se mordía el labio inferior. Lo tenía ahí, en la soñada posición, sentado en su cama, con las piernas abiertas, dejando al descubierto su pene aún duro, húmedo y sudoroso, sus risos revueltos dándole ese porte varonil. Se quitó la remera, me extendió su mano, la cual tomé y me dirigió hacia él. Me senté sobre su pene semiduro, mi culo se estremecía al calor su miembro y la suavidad de sus risos, mientras me miraba fijamente. Nos acostamos ahí mismo, me atrajo lo más cerca posible, me giré y apoyé con fuerza mi culo en sus genitales, su pene latía, y me susurró que todavía no estaba rendido. Luego de unos minutos sentí su fuerza contra mis nalgas, su piernas entrelazándose junto a las mías. Lo amé tanto, y lo seguiré amando siempre. 
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