1. MI TIO EL MONO


    Fecha: 09/12/2018, Categorías: Gays Autor: logtree, Fuente: SexoSinTabues

    ... Soy el macho y vos la hembrita. Agradecé que no te la metí de una y te rompía el orto. Me hice una paja mientras me besaba y empujaba saliva y mocos por la boca y le hacía oler el aliento y eso me gustaba mucho y fue lo que me hizo acabar. La bestia dura seguía dentro mio. Nos dormimos. Él roncaba y yo dormitaba por el cansancio de la culeada. Al rato me moví y el mono se despertó y entró en actividad de inmediato. Aprovechó que la bestia estaba semi parada, despacio la fue sacando y yo pensé: listo. Pero nó. Volvió a embadurnarla y a mi culo con vaselina y despacio la fue introduciendo sin parar mientras decía. Si la metemos ahora, la bola crece dentro y te duele menos. Y así fue y quedamos abotonados pero resbalozo. Yo de espaldas a él. Me puso encima suyo, y ensartado y todo con las manos me hizo girar y dijo: despacio sentate. Apoyo los pies en la cama y me apoyo mi espalda en sus piernas semisentado. Me abrió las piernas, se incorporó y se puso sobre mi frente a frente, ensartado y entreverando mis piernas en mi espalda. Me besó y empezó un mete y saca largo y profundo. Cuando llegaba al fondo ahí permanecía unos segundos y me escupía en la boca. Con la bestia me masajeaba la próstata y acabé. Eso lo hizo acabar y ya iban tres acabadas . Una de desayuno en la boca y dos en el culo sin sacar y con una siesta. El mono disfrutaba mucho, me pedía le toque los pezones y me acariciaba. En un momento de descuido le ...
    ... dije: me gusta pa, te quiero…. Y yo a vos linda. Y me besó. Ya hacía cerca de tres horas que estábamos abotonados y mientras estaba encima mio le estuve lamiendo los sobacos, las tetillas y con una mano le amasaba los huevos. Me dice, jamás pude hacer esto con nadie, ni mujer ni hombre. Esto de quedarme horas enganchado y que nadie se queje por la saliva, la barba, el chivo , los besos , el aliento la guasca. Y a mi todo eso me gusta pa, de verdad. Sí, ya me di cuenta que no solo no tenés problema sino que me buscás la boca. Nunca me pasó. Estábamos muy calientes y le dije: Cojeme mono, dale. Empezó a embestir con más ganas y bufaba y bufaba y me dice: ahí voy madre, escupime vos y me dio una cachetada cariñosa pero fuerte en la cara y empezó a acabar como nunca, con un rugido de macho que pierde el control de la calentura. Varias veces, cerca de ocho convulsiones de guasca en mis entrañas y eso me hizo acabar y revolear los ojos para atrás. No dába más. Le pedí se apoye sobre mi con todo su peso y sentí sus latidos y la guasca que salía de mi culo. La bestia se achicó y salió despacio y bastante fácil. El mono agarró un calzoncillo y lo acomodó con cuidado alrededor de la bestia medio muerta y la apoyó en mi culo abierto para que no chorree. Así nos quedamos dormidos de nuevo, abrazados como matrimonio. Y le dije: gracias pa, me hiciste gozar mucho, te quiero mucho. Pero él a eso ya no contestó, estaba en control. 
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