1. Una serie de violaciones inducidas


    Fecha: 15/12/2018, Categorías: BDSM Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... imágenes dejaron de verse y en su lugar se ilumino un espejo que reflejaba perfectamente nuestra situación. Nadie se movió. En la tenue iluminación y el silencio absoluto, escuche otro ruido mecánico bajo la meza vi por el espejo que algo asía del piso en una plataforma, l ver la punta de la broca me horrorizó y quede estupefacto cuando esta comenzó a girar. Estuve absorto en esa imagen y tratando de comprender y asimilar lo que iba a pasar que no me di cuenta cuando los discos dentados comenzaron a girar. Joey: Siento mucho esto pero… no hay otra opción -. Dijo con un triste y frustrado tono. Cuando comprendí lo que eso significaba volteé instintivamente pero el dolor hizo que mi espalda se encorvará y no pude evitar gritar desgarradoramente al sentir su pene, extremadamente caliente introduciéndose en mi ano. El también grito por el dolor que esto debió suponerle. Mi cuerpo reaccionó y tras la acometida comencé a sentir el calor de la sangre escurriendo por mis piernas. Se quedó inmóvil. Mientras la voz mecánica reía y se regocijaba en lo alto. Voz maldita: Bien, bien, mi querido Joey, sabía que tú no me podías fallar no hay nada mejor que una fuerte envestida ¿sabes? supuse que el capitán del equipo debía ser una fiera en el amor y no me equivoque. Dijo y se oía encantado con lo que veía como si estuviera viendo el programa más divertido en T. V. Voz maldita: Esta vez escogí bien ¿No te parece mí querido Eli? Dime ¿cómo sientes ese enorme falo desvirgando tu apretadito ...
    ... “culito”? ¿Lo sentiste? Mide veinte centímetros. Apuesto a que te ha gustado. Comencé a abrir los ojos apenas y pude sobreponerme al dolor que estaba sintiendo. La vergüenza y desesperación me invadían, trate de zafarme de nuevo pero no pude, fue inútil y entre más me removía en mi lugar sentía como mi trasero sangraba. Cuando sentí las lágrimas viniendo, cerré los ojos y los apreté para que no escurrieran. Ya me sentía bastante humillado como para darle más motivo al maldito que me está haciendo esto, que nos está haciendo esto, para seguir humillándonos. Voz maldita: Pero vamos mi querido Aiden, es tu turno ¿Qué no te gusta “mi muñequito” más bonito? Escogí a Eli especialmente para los dos, ¿No es angelical? Con su piel clara, suave, mira sus risos y esos ojos grandes, rasgados ligeramente hacía abajo como si guardara una tristeza que solo el amor puede ver. Supe que necesitaba compañía. Abrí los ojos al escuchar lo que decía. Siempre había sido algo introvertido, solo con mi madre y algunos amigos lograban sentirme cómodo. La ausencia de mi padre hizo estragos en mi de esa manera o por lo menos eso fue lo que dijeron los psicólogos y trabajadoras sociales cuando en las escuelas comenzaban a preocuparse por el pequeño que siempre esta callado. Me topé con la mirada de Aiden, este parecía estar sufriendo más que cualquier persona en este mundo, estaba angustiado y eso se debía a que el disco que giraba sobre su pelvis no se detenía como lo había hecho el que tenía en la misma ...
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