1. La siesta


    Fecha: 22/12/2018, Categorías: Grandes Series, BDSM Autor: GabrielledelD, Fuente: CuentoRelatos

    ... sobrecogida por lo que había visto. No tuve tiempo de reaccionar. Se oyó el ruido de una puerta y oí la voz de mi madre: - Ya estamos aquí. Saltó de la cama buscando sus dos piezas. Yo me volví a poner mi pechero. Pusimos todo en su lugar y nos acostamos fingiendo dormir. Nos vino justo. - ¿Aún estáis durmiendo gandulas? ¡Venga, a merendar! Esa noche no podíamos conciliar el sueño. Hablábamos bajito porque al desván se entraba a través de una habitación donde dormían mi hermana P y su marido. Conversábamos sobre cosas que nada tenían que ver con lo que habíamos hecho. Tras unos minutos de silencio Laurita me preguntó: - ¿Lo has pasado bien esta tarde? - Sí, contesté lacónicamente. - Me parece que debe ser pecado, diga lo que diga Franquimir. - Eso creo yo también, mentí. - Nos tendremos que confesar. No contesté por no seguir mintiendo. Desde luego yo no pensaba hacerlo. - ¿Volverías a hacerlo? Me preguntó. - Desde luego. Siempre que tú quisieras. - Yo también. La próxima vez yo seré San Sebastián. Tardé en contestar. Sabía a qué se refería. Ya me la imaginaba atada a un árbol mientras yo le hincaba largas agujas de lana en sus blandas carnes. Empecé a ponerme caliente. Iba a pasar a su cama pero oí a mi cuñado levantarse para hacer pis. Cuando volvió Laurita respiraba rítmica y suavemente. Estaba dormida. No me atreví a masturbarme por miedo a que me oyeran ya que estaba tan excitada que quizás no pudiera sofocar mis reacciones. Al final me dormí. Estuve soñando toda ...
    ... la noche con torturarla, impresionada por esa última sugerencia suya. Desgraciadamente ya no hubo nuevas ocasiones de quedarnos a solas, ni en casa ni en cualquier otro sitio. Laurita se fue a los tres días. Yo seguí durante una larguísima temporada viéndola en mis fantasías atada a un árbol; desnuda; con sus molludas y blancas carnes ensartadas. Mi cuerpo ya sabía lo que era tener una buena corrida desde que dominé el arte del onanismo. Comencé a masturbarme a los doce años, después de una clara noche de luna llena en verano. Yo dormía en el desván en la cama vecina a la de mi hermana Lucy. Me desperté al oír unos leves suspiros. Sin apenas moverme y con los ojos entrecerrados vi como ella movía los dedos dentro de sus bragas. Después practiqué y practiqué mientras calentaba mis carnes con mi imaginación hasta que un día lo conseguí. Pues bien, jamás pude imaginar que se pudiera gozar un clímax como el de Laurita. Desde ese día he sentido verdadera obsesión por disfrutar algo parecido. Eso me ha llevado por un camino iniciático en el que esta primera experiencia tuvo mucho que ver. A pesar del paso de los años y de mis estimulantes experiencias sigue viva en mí la cara de inmenso placer de Laurita. Cuando me reenganché en octubre Laurita ya no estaba en el Colegio. Su padre había sido trasladado a Barcelona en septiembre, más concretamente a Vic. Allí había un colegio de Dominicas y allí acabaría su vida escolar. Volví a verla hace pocos años, con ocasión de una de esas ...
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