NO LA JODAS - Relatos Eróticos

NO LA JODAS

Llevo ya algún tiempo dándole vueltas a la idea de escribir algo en esta Web. Alguna gente cuenta sus fantasías, pero las mías son muy íntimas y me da reparo ofrecerlas sin más. Otros cuentan sus experiencias en la cama con todo lujo de detalles, pero me temo que yo no escribo con tanta floritura como para hacer mis vivencias emocionantes.He decidido que finalmente quiero hablar sobre cómo los hombres la podéis llegar a cagar. Porque la podéis joder hasta el fondo, y encima sois tan gilipollas que ni siquiera os dais cuenta. Y luego, cuando ya no se puede arreglar nada, todo son excusas, disculpas y lamentaciones. Un poeta decía que el corazón de una mujer se puede llenar de amor con facilidad, pero que cuando se llena del veneno de la traición es muy difícil vaciarlo.Os abro aquí esta puerta al baúl de mi pasado. Espero que aprendáis de él.Empiezo confesándoos que yo perdí la virginidad cuando era una cabra chica. No fui la primera de mis amigas, eso es cierto, pero reconozco que tenía cierta urgencia, quizá porque quería sentirme mayor, quizá porque la presión en el colegio era enorme. La chica que llegaba a los 16 siendo virgen era tachada de monja o de lesbiana, y en ambos casos se enfrentaba al ridículo.Pero a pesar de perder la virginidad pronto, ni me sentía enamorada de los chicos con los que salía ni se puede decir que disfrutara especialmente del sexo. Al principio creía que el sexo era así, más divertido para los hombres que para las mujeres, pero el problema era ...

... que tanto mis novios como yo éramos bastante torpes e inexpertos.Cuando llegué a España me quedaba poco para terminar los estudios secundarios, pero nunca había tenido un orgasmo. Y entonces fue cuando conocí a Xabi, que fue mi primer novio aquí en España. Era un poco mayor que yo, aunque tampoco mucho más, pero tenía experiencia. La primera vez que me lo comió, creí que me moría... ¿se podía sentir realmente eso? Porque a mí me lo habían hecho antes, por supuesto, pero sin pasión, ni ganas, ni habilidad. Cuando descubrí que Xabi dedicaba tiempo a darme placer, supe que le iba a querer por siempre.Al principio el sexo era bastante normal, pero luego me despertó las ganas de probar más cosas. Por ejemplo, aunque había practicado algo de sexo oral, nunca lo había sabido hacer bien. Él se tomó el tiempo de enseñarme y, cuando descubrí el gozo que le podía dar, me motivé y seguí haciéndolo. No me gusta para nada el sabor del semen, sé que hay gente que dice que no es malo o que te puedes acostumbrar, pero yo nunca lo he tolerado, pero no me importaba que se corriera en mi boca si eso le hacía feliz.No os equivoquéis, no era solamente una cosa sexual. Me trataba como a una diosa. Era dulce y era atento. Y sí, el sexo era genial. Es difícil de explicar, pero cuando lo notaba dentro de mí no quería que saliera nunca, quería que estuviera allí dentro por siempre jamás. Me dio igual hacerlo por detrás, me dio igual que tuviéramos sesiones solamente de masturbación, me dio igual dónde ...