1. Aventuras en la Ruta 116


    Fecha: 03/01/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tetaza. Cuando llegamos al pueblo ambos nos bajamos en el mismo lugar que es el parque central. Ella vivía a cuadra y media de la oficina donde yo trabajaba. Después que nos bajamos le pregunté si estaba bien y ella me dijo: -Vos que creés? Mira como me traés!, mostrándome la parte de atrás de la falda que vestía: tenía una gran mancha mojada, como si se hubiera orinado. Y yo le respondí: Mireme a mí y le enseñé mi pantalón la gran mancha de la corrida que me había dado. -Por qué no vamos a mi oficina y allí la voy a limpiar, le dije. -Cómo? Me dijo, haciéndose la pendeja. -Vamos a la oficina y la voy a limpiar –le repetí. -Pero y si alguien nos mira? -No se preocupe, le dije. Me voy a adelantar y voy a dejar la puerta del zaguán abierta solo para que entre. No se preocupe. Ella solo me miraba a los ojos y veía mi paquete y le daba risa pícara. -Es que no sé. Me pueden ver! -No se preocupe. Nadie nos va a ver. Solo entre y no vea para ningún lado. Al decir esto, me separé de ella como unos cien metros y miraba para atrás para ver si me seguía. Al llegar al zaguán, le quité llave y dejé la puerta topada sin llave. Sentía que el corazón se me salía y me puse junto al portón, la verga bien parada y goteándome, cuando sentí su taconeado, empujó la puerta y se metió de un solo. La miraba y no creía el culo que me iba a echar. Me vió atrás de la puerta, puso cara de enojona y me agarró de las mejillas y comenzamos a besarnos con lujuria. Me besaba como loca, metiéndome la ...
    ... lengua, besándome la barbilla y el cuello. Yo le apretaba el culo y le subía la falda, le jalé la tanga y se la metí toda en la raya del gran culazo parado que tiene. Se lo apretaba y le metía la mano en la torta llena de pelos. -Mi amor que riiiiiico. Ahhhh Ahhhh. Qué riiiiico. Pero y si alguien se da cuenta? Ahhh Ahhh Mientras yo la besaba y le apretaba el culote. -Vamos para arriba, le indiqué. En el segundo piso de esa casa habia un cuarto desocupado y con una baño completo. Como todo pícaro, yo había comprado una cama y una mesa de noche. Allí tenía lociones, jabón especial y toallas. Le daba una mensualidad al ordenanza para que siempre me mantuviera el cuarto bien aseado y trapeado. Mientras subíamos por las gradas le tocaba el culo y solo pensaba en el manjar que iba a darme en unos segundos. Llegamos y comenzamos a besarnos otra vez como locos, mientras ella se quitaba los zapatos y yo también me desvestía. Nos detuvimos un poquito por que ella necesitaba ir al baño. Yo sentía que los huevos me estallaban y ya planeaba la estrategia de ese gran pize que iba a dar. Regresó y se tiró a la cama y se puso encima mío, diciéndome: -Sos un gran pícaro. Todo el camino me venías tocando. -Pero te gustaba –le dije -Tenía años de no sentirme así como una bicha de 15 años. Gracias...mientras comenzaba a agarrarme la verga y darme una mamadita de unos 30 segundos. Yo no le contesté y después que se quitó de mi verga comencé a besarla en los labios, mientras que con una mano la metía ...