1. El ángel caído


    Fecha: 04/01/2019, Categorías: Erotismo y Amor Hetero Autor: Ícaro_libre, Fuente: CuentoRelatos

    ... esperándolo. Libérelo. - Como mande mí Capitán. Ahora dirigiéndose a mí, me dijo: -Si te vuelvo a ver por acá, lo vas a pasar mal. ¿Entendiste? Sin decir palabra, asentí con la cabeza. Al salir del calabozo, vi a Mariana. Mudos salimos del cuartel y caminamos por la calle. - Gracias. –Le dije. - No agradezcas. La verdad, no sé porque lo hice. - Fue porque me conoces. - No. No te conozco. - Soñaste conmigo, y lo sabes. Era un ángel y estuve en tu habitación. –Me miró con sorpresa y un poco de vergüenza. - He venido a pedirte que me perdones. - ¿Qué te perdone? - Sí. No debí acercarme a ti. No debí… - A ver, para un poco. Sígueme. Entramos a una cafetería. Pidió un café y algo para comer. - Debes tener hambre - No te molestes, no es necesario. - Yo tengo hambre, también. Era verdad, además de hambre, en mí paso breve por la tierra, ya había sentido miedo, frío, sed, dolor, y no quería más. Estaba agotado, y lo peor, no sabía qué pasaría mañana. Comía con ganas y en silencio, cuando me habló. - ¿Me puedes explicar qué pasa? - Te decía que cometí una falta grave. Al intimar contigo rompí los códigos celestiales. Mí castigo es este. Fui enviado en forma humana, a pagar mí falta. - Pero para mí fue como un sueño. - Lo se Mariana. Pero aun así, fue un acto abusivo de mí parte. No hubo voluntad tuya, casi fue forzado. - Pero Aniel, me gustó. En un instante de silencio la miré, ella sonrió y hasta se sonrojó, y la verdad, yo también. - ¿Y qué harás ahora? Tomé aire profundamente, ...
    ... miré a la calle buscando una respuesta, y con lágrimas en los ojos, sin mirarla, le dije: - No sé. - Quédate conmigo esta noche. Mañana verás que hacer. - Gracias. –le dije. Al llegar a su departamento me indicó que dormiría en el sillón y me pasó frazadas para pasar la noche. Con un, buenas noches, se fue a su habitación y se encerró con llave. Me acomodé como pude, me costó mucho conciliar el sueño. A mitad de la noche me despertó un peso que sentí a mí lado. - ¿¡Qué pasa!? - Poniendo un dedo sobre mis labios, Mariana me calmó. - No puedo dormir. – Me dijo. Entonces me miró a los ojos con lujuria, mordiéndose los labios mientras tocaba mí pene, sobre las frazadas. - Mariana, no debo… - Ahora eres humano Aniel. Mientras decía eso, tomo mí pene en sus manos y mientras lo frotaba me dijo, - Es hermoso, me gusta. Acto seguido se acomodó y se lo llevó a la boca. Lo succionaba con pasión, mientras lo frotaba. Lo lamía a lo largo mientras me miraba con calentura. Pasaba la punta de la lengua por la rendija y se deleitaba viendo los efectos que producía en mí. Si en nuestro primer encuentro, hice con ella lo que deseé, en esta oportunidad, me tenía a su merced. Se subió sobre mí, alzando su polera puso sus tetas en mí cara. Mientras rasguñaba suavemente su espalda, comía sus pezones y dejándose caer, su vagina engulló de un golpe mí pene. Nuevas sensaciones me recorrían, un placer nuevo y embriagador, la necesidad de penetrar ese cuerpo sin parar, y sobre todo, sin culpa. Su pelvis ...