1. Una experiencia inesperada (Parte primera)


    Fecha: 05/01/2019, Categorías: Gays Bisexuales Autor: jag12399, Fuente: CuentoRelatos

    ... que era , supe después que era una escort de lujo que pero tenía un débil por los jovencitos, mientras con los hombres maduros, tenía sexo para ganar dinero, mucho dinero. No es fácil describir todo lo que paso ese día. Prácticamente tuvimos sexo desde las once de la mañana hasta las seis de la tarde. Ese día perdí mi virginidad y lo hice en la mejor de las maneras posibles. Mejor dicho, ella lo hizo como solo una experta de sexo, una ninfómana hambrienta de jovencitos. Me practico más de una vez la felatio, tragándose mi esperma y demostrándome cuanto le gustaba hacerlo. Siendo multi orgásmica mientras la penetraba gozaba y acababa una y otra vez haciéndome sentir un super hombre. En una de las veces que mi pene estaba nuevamente endurecido por las ganas que no terminaban de pasar me dijo: «Ponte el condón porque ahora me tienes que dar por el culo!» Esas palabras me mandaron fuera de quicio. Sexo por el culo era una de las fantasías que me acosaban durante mis sesiones de masturbaciones y esa mujer me lo estaba pidiendo, mejor dicho, ordenando! Miriam era muy ‘educadita’ y hasta ese momento de su boca no había salido ninguna grosería ni indecencia, pero desde ese momento en adelante, me ordenaba que le dijera ‘cochinadas’ así llamaba ella las palabras sucias que la excitaban aún más de lo que ya estaba. Yo ni corto ni perezoso, empecé a llamarla perra, puta, sorra, puerca y como si fuera ...
    ... poseído, arrastrado por la excitación y la pasión de ese momento que estaba viviendo con fogosidad desbordante, empecé a darle nalgadas y maltratarla tratándola como una puta callejera. Ella se transformó en otra persona y a cada azotada y palabrota, unido a las embestidas que mi miembro le arremataba, tenía orgasmos y gritaba de placer. Todas las posiciones posibles e imaginables fueron practicadas y nada falto en esa sesión de sexo a 360 grados. En más de una oportunidad llevo mi boca a su sexo para que se lo comiera, haciéndome tragar sus jugos abundantes. También sus dedos, bien lubrificados inspeccionaron mi ano más de una vez haciéndome probar el placer del orgasmo producido por el masaje a la próstata. Por los primeros dos meses yo pasaba por su casa casi todas las tardes, o por lo menos tres o cuatro veces. Máximo a las siete de la noche tenía que irme y regresar a mi casa, no solo por mis padres sino también porque ella tenía que ‘trabajar’. Nunca logre entender ni conocer otra mujer que lograra tener sexo todo el día sin perder su deseo y excitación. La cosa marcho adelante por casi seis meses en los cuales cumplió su promesa y convirtiéndome todo un hombre, sexualmente hablando. Después de ese periodo, mis intereses se volvieron hacia otras mujeres, más o menos jóvenes y desde ese momento, no pare de ser el etéreo amante de mujeres. Pero no me imaginaba que las cosas cambiarían en el futuro... 
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