1. Mi golosa madre


    Fecha: 07/01/2019, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Vicente03, Fuente: CuentoRelatos

    Hola a todos, me llamo Caleb y tengo 18 años. Soy de México, primero me describiré a mí. Soy moreno, mido poco más de 1.81 cuerpo atlético, cabello negro y pene de 21 centímetros, el jelq hace maravillas, soy de nalgas grandes. Mi madre, Sugey, es una mujer blanca, mide 1.78, 41 años, caderas anchas hermosas y cinturas angostas, sus tetas son de un tamaño normal, con areolas claras y pequeñas y pezones grandes. Lo mejor es sin duda alguna su culo, el gimnasio mantiene esas nalgas duras, firmes, sin ninguna imperfección más allá de su marca de nacimiento en la nalga derecha. Un culo hecho para el disfrute de un hombre. Esto empieza en abril, el día de mi cumpleaños, era la primera vez que festejábamos mi cumpleaños sin mi padre en la casa, el divorcio apenas se había concretado y ya nos había dejado. Mi madre y yo comimos en un restaurante y compramos regalos, lo típico. Entonces nos regresamos a casa y cada quien a su cuarto. En mitad de la noche me levanté a mear, duermo desnudo así que salí con mi pene erecto y entré al baño y encontré a Sugey olfateando un par de boxers sucios míos sentada en la tasa. Me quedé paralizado al ver eso y ella vio mi pene erecto, por su sorpresa me quedó claro que era más grande que el de mi padre. Cerré la puerta y volví a mi cuarto a intentar dormir, mi madre salió rápidamente del baño y fue a su cuarto. Ahí empezó mi gusto por mi madre, vi su pubis bien alfombrado, sus tetas y sabía que ella me deseaba. Estuvimos dos semanas sin ninguna ...
    ... novedad, los dos fingimos que nada de eso había pasado e hicimos vida normal. Pero no podía sacármela de la cabeza todas las noches me masturbaba pensando en ella siendo penetrada por mí, diciéndome que era mía. Comenzaba a pensar en ella como una mujer más que como en una madre. Una noche estaba camino a mi cuarto en la madrugada, había ido a la cocina por un vaso con agua y escuché gemidos en su cuarto. Ella estaba de piernas abiertas metiéndose dos dedos en su vagina mientras veía una foto mía que estaba en su mesa de noche. Yo no tuve el valor de entrar y hacerla mía, pero eso cambiaría, decidí que en mayo haría mi jugada, estaba decidido a tener sexo con ella. Detuve totalmente mis masturbaciones para tener los huevos llenos el día que lo hiciéramos. El primero de abril ya estaba todo preparado, lubricante, la casa limpia para que no se agotara limpiando y sabanas limpias. En la tarde la vi hablando con el vecino, un pendejo de su edad casado con una madurita hermosa, pero que aún con todo le metió mano a mi madre. Le dio una nalgada, ahí fue cuando me decidí a hacerla mía. Cuando volvió a casa le dije lo que había visto y se disculpó, fue a su cuarto y esperé hasta que la madrugada cayera, como todas las noches, mi madre se masturbaría viendo mi foto. Escuché sus hermosos gemidos como de costumbre y abrí lentamente la puerta para poder verla mejor. Estaba lamiendo mi foto mientras sus dos dedos de siempre la satisfacían. Esperé a que cerrará los ojos para colarme, lo hice ...
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