1. Compartiendo a Edith


    Fecha: 09/01/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la gran puta estaba disfrutando como pocas veces hasta entonces. -¡Anda! ¡Cojámonos por el culo a este par de putas! Los únicos que dudábamos éramos nosotros, así que le sonreí , me le acerqué y le di un buen beso; luego me coloqué detrás de Lucille y empecé a meterle mi polla en el ano sin mayor resistencia. El viejo volvió a mirarme, sonrío y se la metió al culo de mi Edith poquito a poco, mientras ella hacía un gesto de cierta incomodidad y el volvió a relamerse con un gesto de �ahora vas a ver cómo le parto el culo a tu esposa�. Y de hecho así fue: se puso como un toro desde el principio y le dio con todo, mientras yo hacía lo mismo con la puta de Lucille, por qué no decirlo. -¡Tomen, putas! ¡Tomen! ¡Aguanten que les vamos a partir el culo! Yo agarré del cabello a Lucille y él el de mi esposa y nos pusimos como dos animales en celo; de hecho los cuatro sudábamos con tremenda cogida. Mi angelito estaba siendo destrozado por un viejo y yo lo estaba disfrutando como creo que nunca llegó a saberlo. El tipo la tomó con más fuerza e intentó acercar su boca a la de Lucille. Yo hice que se acercara a mi esposa y la besar, cosa que hizo sin dudar. Ella me miró como pidiendo permiso y yo asentí sonriéndole cariñosamente y enviándole un beso. Entonces él volvió a atacar y así las tuvimos largo rato. -¡Toma! ¡Toma perra! ¡Toma perra! ¡Toma! ¡Toma! ¡Toma! ¡Toma!... Lucille aguantaba sin problema la partida de culo que yo le daba pero ...
    ... mi esposita no aguantó y cayó al piso; entonces el viejo la tomó por el cuello y continuó dándole con todo. -Tu esposa tiene un culo riquísimo. Así continuamos hasta que ambos varones nos vinimos casi simultáneamente; yo sobre las nalgas de ella y él dentro del culo de mi esposa. Nos quedamos descansando y escuchando música por alrededor de una hora más. Tuve la sensación de que todos lo habíamos disfrutado mucho excepto la esposa del tipo; al día siguiente me daría cuenta del porqué pero lo cierto es que al final de la velada, los cuatro nos despedimos muy agradecidos. Así fue como empecé a compartir a mi deliciosa esposita y desde luego que antes de dormirnos, conversamos al respecto y a ella le gustó tanto, que sin dudarlo ha aceptado que tengamos experiencias similares en trece ocasiones más, tanto con conocidos como con personas desconocidas. Estábamos tan satisfechos con la experiencia, que Edith y yo hicimos el amor un par de veces antes de dormirnos. Al día siguiente bajamos al restaurante para desayunar y en un momento que mi esposa fue al wáter, pude observar que Mariano y Lucille se aprestaban a retirarse en un auto del año; así que salí a despedirme. Se les notaba diferentes pero él estaba muy contento. -Me encantó la experiencia de anoche, en especial haberle partido el culo a tu esposa, amigo. Ella es una verdadera delicia. -Oh, gracias. Tu esposa también es una delicia. -Eso no lo sabes. Esta chica es una escort. 
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