1. La esclava: entregada para ser usada por un desconocido


    Fecha: 15/01/2019, Categorías: Dominación Fantasías Eróticas Autor: OscarVilla, Fuente: CuentoRelatos

    ... los pies de la cama. Una vez allí la aupó y poniéndola boca abajo sobre el lecho comenzó a azotarla en sus nalgas para que ella reconociese a su nuevo amo. Comenzó a gemir de placer. Tras aquel castigo y sin dejar de humillarla verbalmente, el hombre inicio la colocación casi sistemática de aquella serie de pinzas que oprimieron sus pezones y su vagina. La puso en pie para mostrarla como su nuevo trofeo de caza. Atada, con su cuerpo lleno de pinzas y con su rostro cubierto por la capucha se antojaba como alguien que pronto sería poseído, usado como elemento de placer. Tirando de la cadena la hizo arrodillarse ante él. Gritó un insulto demostrando que aquella era su posesión y luego, con un rápido movimiento de mano, extrajo su enorme polla del interior de su pantalón e hizo que la esclava, su sumisa, se la tragara de una sola vez. Tiró de su pelo indicándole que era hora de empezar a mamar aquel falo. Ella obedeció sumisa dejando escapar un leve jadeo de interior de su alma. Cuando ya el hombre estuvo harto de aquella felación entregada, sacó la polla de la boca de la boca de la mujer y empujándola con fuerza sobre la cama la poseyó sin contemplaciones, sin miramientos, clavando su pene dentro de la vagina. Ella gimió, gritó de placer al sentirse poseída. El comenzó a cabalgarla con furia. A cada golpe seco la esclava respondía con un gemido de placer. El primer orgasmo estaba próximo. La folló durante un largo tiempo no permitiéndole correrse, deteniéndose ...
    ... intencionadamente y sacando la polla del coño empapado de aquella mujer para una vez calmada, iniciar de nuevo el proceso y así una y otra vez hasta que por fin, la esclava, profirió un tremendo alarido de placer en el justo instante en que le sobrevino su primer orgasmo. El hombre por su parte comenzó a jadear y con un rápido movimiento se colocó sobre el rostro de la mujer dejando que una enorme cantidad de leche empapase todo su rostro, deslizándose por su nariz, la comisura de su boca y sus pómulos. El tipo no quiso darle tregua y así aquella sesión continuó por espacio de varias horas. Una y otra vez le sobrevinieron brutales orgasmos a la mujer, mientras era penetrada con distintos instrumentos y sometida a toda clase de prácticas de humillación y sumisión. Al final, cuando ya ella jadeaba desecha, rota, destrozada sobre la cama, el hombre aquel la cogió por la correa y la arrastró, sin protestas, hasta el cuarto de baño introduciéndola en la bañera. Él se subió sobre el borde y desde allí comenzó a orinar sobre el cuerpo, la cara y la cabeza de la esclava a las que le sobrevino un postrer orgasmo producido por sus propios dedos al pajearse de forma compulsiva. Allí la dejo, mojada de orines, sobre aquella bañera. El hombre se vistió y se despidió del amo quien le agradeció sus valiosos servicios. Un apretón de manos puso fin a la sesión. Al final, el amo, regresó al cuarto de baño y tras ducharse con ella, tuvieron su particular noche de amor sorprendiéndoles el sol colándose por las ...