1. LIDA.- Capítulo 1º


    Fecha: 15/01/2019, Categorías: Erotismo y amor Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos

    ... de Melechovo. Se habían producido una serie de encuentros entre ambas fuerzas, el último con fuego artillero de por medio, y Lida salió con la doctora de la Compañía a buscar heridos. Estaban en un huerto calcinado, uno de tantos que menudean entre las granjas destruidas y las casas de la aldea. Acababan de recoger a un joven soldado mal herido, cuando estalló en el cielo una bengala a cuya luz vieron un grupo de alemanes empeñados en la misma labor que ellas, buscar sus heridos bajo una enseña de Cruz Roja. Lida sintió que se le paralizaba el corazón cuando, en el oficial que mandaba el grupo alemán, reconoció a Helge Ursbach. La doctora soviética, Galina Ruslanovna Opalinskaia intentó ahuyentar la patrulla de alemanes, pero al no cejar Ursbach en su empeño de encontrar y rescatar a los heridos alemanes, la doctora rusa hizo disparar sobre uno de ellos y Ursbach cedió por el bien de su gente, aunque a él de poco le sirvió, pues Galina Ruslanovna dispuso que las acompañara, pese a las repetidas protestas de Lida, que golpeó con furia a la miliciana que mató al alemán desarmado. Pero Galina impuso su voluntad y Helge Ursbach fue llevado a la Compañía Baida, ahora al mando de la gran amiga de Lida, Stella Antonovna, tras caer en Melechovo sus mandos originales, la capitan Soia Valentinovna y el teniente Víctor Ivánovich Ugarov. Cuando Galina Ruslanovna dispuso que el médico alemán quedara bajo su control adujo necesitarle paraoperar a una fusilera con un proyectil en el ...
    ... pulmón, incrustado entre las costillas muy cerca del corazón, con lo que la operación era muy complicada y esa ayuda sería inapreciable. Y efectivamente dos días después Ursbach operó a la mujer herida con tal éxito que convenció a todos del acierto de Galina Ruslanovna con su decisión. A todos excepto al actual segundo jefe, el sargento Bairam Vadimovich Sibirzev que odiaba a muerte a todos los alemanes, médicos incluidos; ni tampoco a Lida, menos aún cuando en ese mismo día, tras la operación, Galina Ruslanovna no ocultó su intención de seducir al alemán, burlándose del amor que la muchacha sentía por él. “Eres muy poca cosa para mí, gatita. El no será tuyo, haré que me prefiera a mí” le había dicho. Pasaron varios días. Ursbach dormía en uno de los dos camiones que conformaban la enfermería, con Lida al pié de su puerta como fiel perro guardián, vigilando todo lo que rodeaba al alemán con su arma a punto para incluso defenderle a tiro limpio tanto de Sibirzev como de Galina Ruslanovna. El alemán pasaba el tiempo ayudando en la enfermería, cuidando a las chicas heridas o enfermas, dando la comida a las que no podían valerse por sí mismas...... A la postre, era un enfermero forzado. Pero, aunque Ursbach lo intentara más de una vez, Lida no consintió intimidad alguna entre ellos, ni el más inocente beso. Admitía amarle, pero oponía que el suyo era un amor imposible; ellos eran enemigos y debían odiarse, matarse mutuamente. Helge Ursbach la intentaba convencer que eso no era cierto, ...
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