1. Veintitrés!


    Fecha: 16/01/2019, Categorías: Gays Autor: alexico.zar, Fuente: SexoSinTabues

    ... pelvis. El dolor se hizo presente, y por si fuera poco, abrió mis nalgas nuevamente para llegar lo más profundo posible, sentí que me partía, traté de relajarme nuevamente, volteé la cara para ver su expresión mientras me follaba, y eso me excitó mas que nunca pues estaba concentrado fallándome, con una mano en la cama para sostenerse y con la otra abriendo más mi culo, mientras me daba verga con toda su fuerza, sacándola casi por completo, ahí se detenía para jugar un poco con su glande en mi ano, a lo que yo respondía haciéndole presión y a su vez me la dejaba ir por completo nuevamente, repitió eso en varias ocasiones hasta que se desplomó nuevamente en la cama boca arriba, haciendo que me montara en él, pero ahora lo hice dándole la espalda. Me lo metí por completo, esa era una sensación distinta, pues de esa forma rozaba su miembro con las paredes de mi interior y me provocaba aún más placer; como antes, arqueé mi espalda para que pudiera contemplar aquello que se estaba comiendo, y lo logré, pues de inmediato me tomo de la cintura y me jalaba hacia su pene mientras me decía “me encanta tu culo”; “cométela toda”; “eres mi putita”; “sácame toda la leche”. Luego, como vio que no me molestaba en lo absoluto lo que me decía, comenzó a hacerme preguntas mientras hacía que me dejara caer desde la punta de su pene hasta la base, diciéndome: --- ¿Te gusta cómo te cojo perrita?: Me encanta, dame más. --- ¿Alguien ya te había cogido así?: Nadie, solo tú Ramiro. --- ¿Te ...
    ... gusta mi verga putita?: Me encanta tu vergota, dame más, rómpeme el culo papi. Era tal la excitación que ambos sudábamos muchísimo, estaba fascinado, me giró tirándome a la cama y sin sacarla se puso detrás de mí para darme con mucha fuerza mientras me jalaba del cabello y me decía cosas obscenas. Ya no había dolor y yo solo hacía movimientos de cadera hacia atrás, cosa que le gustaba pues lo notaba en su respiración cada que lo hacía, yo tenía los brazos hacia el frente, dejando que él hiciera lo que quisiera conmigo. Sentí que aumentó el ritmo aún más, cogiéndome como un toro, por lo que comencé a hacer más pronunciados los movimientos de cadera y le decía que no parara, que me rompiera el culo con esa vergota que tenía, todo en conjunto y la presión que hacía en su pene hizo que llegara el orgasmo; solo sentí como su semen invadió mi interior mientras él daba las últimas embestidas, para luego caer en mi espalda besándome y diciéndome que le ha encantado. Hice que se acostara nuevamente, me monté sobre él y comencé a masturbarme, ese pene realmente es de un semental, seguía exageradamente duro y ayudó de forma inigualable para que yo eyaculara sobre el pecho de mi hombre. Nos besamos, y luego de ello, nos limpiamos y dormimos abrazados. Al amanecer lo hicimos dos veces más, y cada quien continuó con su vida como antes de eso. Pero a partir de esa experiencia, cada cierto tiempo lo repetíamos. Como hoy, gracias a que lo escribí, ya lo contacté para que repitamos. 
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