1. Ana y el resultado de una partida de poker


    Fecha: 16/01/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... las reglas para esta noche son las siguientes. No vamos a jugar por plata, sino por tu mujer, o sea, el ganador tiene derecho a cogérsela, pero con la condición de que sea sobre esta misma mesa y a la vista de todos los demás, qué te parece la propuesta…?”No estaba yo en condiciones de discutir nada de nada, menos todavía en presencia de esos dos ordinarios gigantes, que me miraban con recelo, mientras seguían de reojo las curvas de Anita, quien muy inocentemente preparaba unos tragos.Ricardo remató su condición de hijo de puta con lo siguiente: para hacer el premio más interesante la partida sería a ocho manos, el más afortunado debería ganar cuatro por lo menos y quien venciera en la última mano tendría derecho a disfrutar de un premio consuelo, el cual lo determinaría la misma Anita según su voluntad.Es decir, debía esmerarme en mi juego o tendría que ver a Ana sodomizada por cualquiera de estos brutos ordinarios, que seguían desnudándola con sus miradas.Comenzamos a jugar y un buen rato después yo respiraba aliviado, ya que había ganado las cuatro primeras manos y era muy difícil que alguien me alcanzara. Y así fue, ya que Ricardo ganó la siguiente y el más corpulento de los tipos ganó otras dos.Ahora restaba solamente quedarme yo también con el premio consuelo, lo que pude lograr con un inesperado poker de ases, que arruinó todas las posibilidades de estos tres tipos.Con una sonrisa de triunfo me levanté de la mesa diciendo que ya podían irse, ya que mi mujer y yo ...
    ... íbamos a tener sexo en la intimidad de nuestra habitación.El más corpulento se estiró un poco y me cruzó la cara con un tremendo puñetazo que me hizo aterrizar en el piso a un par de metros de distancia, mientras rugía:“Pedazo de cornudo, no entendiste nada, gane o pierda me voy a coger a tu mujer”Anita se acercó corriendo a asistirme en el suelo, pero un brazo del gigante la levantó en vilo por su frágil cintura, mientras una callosa mano desaparecía por debajo del corto vestido, buscando hundir sus dedos en su delicada concha.Mi esposa aulló de dolor al sentir esa violenta intrusión; buscaba a Ricardo con la mirada para que la defendiera.Pero el otro hijo de puta seguía bebiendo su whisky y disfrutando de la situación.“Tenías razón con esta putita, apenas la toqué y ya está bien mojada y caliente”.Volcó a Anita boca abajo sobre la mesa y se la ofreció a su compañero, diciendo que él la cogería después, ya que su verga era mucho más grande y así podría disfrutar de una concha bien lubricada y algo mejor dilatada por su amigo.Yo seguía en el suelo, algo mareado por semejante golpe. Desde allí pude ver al otro tipo con la bragueta abierta, sacando una verga de un tamaño no demasiado grande, así que por lo menos, Anita no iba a sentir tanto dolor después de todo.Se acercó por detrás y apoyó la verga sobre los humedecidos labios vaginales, jugando un poco con la calentura de mi mujer. Después de un buen rato la tomó por los tobillos y la volteó boca arriba, separándole bien las ...