1. La reeducación de Areana (13)


    Fecha: 18/01/2019, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... apoyarse sobre ella. Areana supo lo que esa mujer quería, pero le estaba prohibido actuar por cuenta propia y entonces espero la orden, que no tardó en llegar. -Bueno, quiero tu lengua, putita, y a ver qué tal lo hacés… Cuando estaba por aplicarse a la tarea, dio un respingo al sentirse penetrada por la concha y el culo por lo que parecían ser dedos. Efectivamente eran los dedos de Marta, en el ano, y de Elsa en la concha. Dedos hábiles que iban y venían mientras la pobre trataba de controlarse en medio de ese vértigo en el que la haban metido y dar placer a esa hembra que la urgía con tono duro: -¡Vamos, nena puta! ¡Vamos o te doy una paliza! –y como un delante de esa amenaza retrocedió un poco y le cruzó el rostro de una bofetada. El golpe no hizo más que aumentar la excitación de Areana, que gozaba a fondo de esos dedos que ahora también le estimulaban el clítoris, elevándola a altísimas cumbres del placer sexual. Se entregó entonces por completo al vértigo que anulaba su razón y comenzó a lamer a Silvia, que pronto empezó a jadear como un animal. Poco después los jadeos se aceleraron y la mujerona acabó en medio de un grito agudo y con una abundante eyaculación. -Tragá… Tragá, pendeja… -Tragá todo… -Sí, señora… -murmuró Areana, agitadísima, y bebió entera esa eyaculación mientras se daba cuenta de que esos dedos diabólicos de tan hábiles la estaban aproximando al orgasmo. Pero no era ése el plan de Marta y Elsa, que de pronto dejaron de jugar con ella. -No… por favor, ...
    ... no… Señora Marta, no me… no me dejen así… Silvia, ya saciada, seguía la escena tendida de espaldas junto a la niña, divertida por el sufrimiento de la presa. -¿Así cómo? –preguntó la librera con sádico cinismo mientras Elsa se reía. -Tan… tan excitada, señora Marta… No puedo… no puedo más… por favor… -Escuchame bien, putita estúpida. ¿Cómo se te ocurre que vas a acabar antes que nosotras? ¡A trabajar! –dijo Marta y de inmediato Ella y Elsa se tendieron de espaldas junto a Silvia, con las piernas encogidas y las rodillas bien separadas. -Vas a lamernos, perrita puta, primero a Elsa y después a mí hasta hacernos acabar, pero mientras se la chupás a ella a mí me atendés con los dedos. ¿Entendés? -Sí… Sí, señora Marta… -contestó Areana con un susurro algo enronquecido. Se aclaró la garganta y repitió: -Sí… Sí, señora, entendí… Miró la concha rasurada de Elsa, con esas gotitas de flujo brillando en los labios externos, separó ambos labios, llevó la otra mano hacia la entrepierna de Marta y hundió dos dedos en la concha, que ya manaba flujo. Inmediatamente hundió la lengua en la vagina de Elsa y empezó a deslizarla y por momentos a hundirla y después a buscar el clítoris. Era buena lamedora y pronto tuvo a Elsa gimiendo y jadeando de goce, lo mismo que la librera. Momentos más tarde Elsa se estremecía sacudida por el orgasmo y eyaculaba, aunque mucho menos que Silvia. La sumisita bebió íntegra esa sustancia y enseguida se desplazó hasta meterse entre las piernas de Marta. Tenía los ...
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