1. El fin de semana desvirgué al primo de mi n


    Fecha: 21/10/2017, Categorías: Anal Sexo en Grupo Tabú Autor: aliciawonders, Fuente: xHamster

    ... aún se mantuviera la posibilidad. El caso era peor de lo que yo pensaba, la presión que ejercía la señora Carmen sobre Mariano era extrema, había condicionado a su hijo, ya mayor, a actuar como un crío. Y mientras deambulaba en cavilaciones el celular timbró: “Hola, ya voy en camino”“! Ah ¡ ¡Lo sabía!” sólo eso acertó a decir Evant, pero era exactamente lo que había que decirse.A la media hora sonó el timbre, Mariano estaba en la puerta. Yo salí a abrir, lo saludé y él saludó de vuelta, con esa expresión tímida que casi siempre está acompañada por un sonrojo. Saqué las palabras del cajón y comencé una conversación usual. Evant salió de la habitación y le dio un cálido abrazo a Mariano, que se quedaba con la mano extendida. Se preguntaron mutuamente sobre la salud de los parientes respectivos, y de ese tipo de plática ya habrán probado mis lectores en su cotidianidad.Siguieron así como por una hora, hablando de todo un poco, de trivialidades y del trabajo de Mariano. Le ofrecí algo de comer al invitado, pero rechazó amablemente, asegurando que en la casa del tío Marco ya habían cenado. Y entonces, sin más reparo, Evant condujo a su primo a la habitación, con el colchón improvisado en el suelo, que daba una señal sugerente sobre lo que se intentaba hacer esa noche. Yo creo que hasta la persona más ingenua se habría dado cuenta de ello, pero hablando de Mariano, cualquier cosa se podía esperar. Evant lo invitó a sentarse y él fue a acomodarse en la parte norte del colchón. Yo ...
    ... estaba inquieta, nerviosa y llena de incertidumbre. Todo tenía un tinte de incomodidad y de duda. El escepticismo me embargaba, era la primera vez que teníamos a un hombre sentado en nuestra “cama”. Pero esa tensión sexual estaba muy disminuida, estaba presente, pero parecía estar escondida en algún rincón de esa habitación, como un gatito asustado que se niega a salir de debajo de el sofá. No soporté ese ambiente, por lo que ahora fui directamente a por las cervezas, las destapé sin preguntar y las repartí. Yo me tomé unos tragos en seguidilla que le hicieron bien a mis entrañas, mientras ellos apenas sorbían un pequeño bocado.No sentí el transcurrir de los minutos, ni tampoco los matices de la conversación, que cuando pasó el tiempo, ya Evant había empezado a tocar temas sutilmente candentes, pues preguntó sobre si Mariano ya tenía novia, la respuesta, sin mucha sorpresa, fue un retraído “No, aún no”; y Evant endulzaba el entorno con esa charla psicoactiva que relaja las tensiones, que invita a disolver los prejuicios, que erotiza los sentidos, y Mariano cayó en los humos psicotrópicos de ese discurso embriagador. Evant decía: -Yo no ando ocultando mis deseos, si veo las tetas de una mujer hermosa, lo digo y lo acepto, y si veo a un hombre desnudo y bien parecido, que suda erotismo por sus músculos, también lo reconozco.- Mientras Evant hablaba de esto y aquello, Mariano asentía ya más tranquilo. Las latas de cerveza se iban vaciando en las gargantas y la conversación ya ...
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