1. El fin de semana desvirgué al primo de mi n


    Fecha: 21/10/2017, Categorías: Anal Sexo en Grupo Tabú Autor: aliciawonders, Fuente: xHamster

    ... pero la erección era constante, no iba a decaer. No se lo puso muy bien según sé, pero él lo ignoraba, así que le resté importancia y subí de nuevo en él.Su pene se deslizó deprisa, abriendo suavemente las paredes de mi vagina. De manera un poco tosca y torpe me agarró de la cintura y empezó a tirar de mí. Intentando escurrirse dentro mío. Yo le veía con ternura y con una caliente perversión. Comencé a moverme rítmicamente, su verga ahora estaba muy vital, tenía un tamaño que me sorprendió después de haberlo visto marchito poco antes. Me estaba gustando mucho ese ángulo en el que entraba su verga. Daba golpes profundos en ese punto milagroso que vive dentro mio, no había dudas, mi futuro orgasmo estaba siendo precisamente estimulado para que se de muy pronto. Evant estaba tomando una ducha larga, haciendo tiempo para que Mariano disfrutara tranquilamente de su primera vez. Yo en tanto me incliné hacia el pecho de mi condiscípulo, le hundí el sonrojado y sudado rostro en medio de mis tetas; en seguida el buscó mis pezones y los chupó sin ninguna sutileza, me dolió un poco, pero le perdoné la natural falta de tacto. Chupó una y otra vez, buscó probar el sabor del otro pezón. Para mi sorpresa, las idas y venidas de su pene en mi ardiente vagina, llevaban un ritmo acelerado y duradero. Su verga se salió de mis entrañas un par de veces, pero yo con mi mano la devolvía de prisa en la cavidad viscosa y sedienta de mi vagina. Yo ya podía sentir mi orgasmo inminente. Le negué mis ...
    ... tetas al echarme hacia atrás, pues quería disfrutar del mejor ángulo para correrme cómodamente. Y arrecié en mis movimientos, aceleré mi vaivén y grité con los dientes apretados “¡Hijo de puta!!” ¡Y mi vagina se escurrió entre jadeos incesantes! “¡Ay! ¡Qué rico!” pronuncié. Y traté de atrapar oxigeno mientras seguía moviéndome para salvar pulsaciones deliciosas en mi coño lastimado por esos golpes intermitentes que continuaban arreciando dentro mío.Entonces comencé a sentir una fuerte presión que lastimaba la piel de mis caderas. Mariano hundía sus dedos sin pensar en nada más que en su corrida, que estaba ya cerca por llegar. Me mantuve pasiva con respecto a esa presión aguda en la piel de entre mis caderas y la cintura, y le seguí alimentando la presión en su verga. Le apreté el pene con mis músculos vaginales y me moví deprisa. Él seguía metiendo sus dedos en mi piel, apretándome, sujetándome fuerte, y con ese golpeteo lento, una, dos, tres, cuatro veces sentí las duras convulsiones que avisaban que ya se había corrido finalmente, allí en ese impertinente condón mal puesto. Obviamente su semen se escurrió fuera del preservativo y manchó su pelvis, mis labios vaginales, y fue a parar a mis muslos. Y él preocupadamente volvió un poco en sí y se apresuró a limpiar. Me retiré comprendiendo su inquietud y traté de ayudarle a absorber el reguero con un poco de papel sanitario que tenía cerca en un cajón.Evant ya había salido de su ducha inusualmente larga (risas) y entró con tanta ...