1. Sexo con la cuñada. Sexo anal, no es infidelidad


    Fecha: 28/01/2019, Categorías: Incesto Infidelidad Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... la deriva, te subes y… - Ja!, flor de madero, un tronco de gordo y duro. –risas. Miramos la hora, se nos estaba haciendo tarde, acomodamos las ropas, ventilamos el habitáculo para quitar el olor a sexo. Volvimos como si nada hubiera sucedido. Durante un par de días la encontré como esquivándome, evitaba ese momento comprometido de quedarnos a solas. Esa tarde, a la hora de la siesta, casi todos duermen, nos encontramos casi al fondo de la casa, en el parque, ella estaba leyendo, yo caminando y me la tropecé. - Por fin, hace tres días que no tenemos un momento a solas. - Y… al tercer día resucitó de entre los muertos. - Si lo dices por ésta (la pija) no está muerta, tan solo esperándote. - Y bueno, si está vivita y coleando, podemos hacerla jugar… - Vamos yo conozco un lugar donde jugar. La tomé de la mano y la llevé a un galponcito donde se guardan los elementos de jardín, detrás de unos añosos pinos. La entré en el galpón trabé la puerta con el mango de una pala, me abracé a ella y le comí la boca, apreté las tetas y comencé a mamarlas. – Si me las aprietas saldrá leche y te la tienes que tragar sino se notará en la ropa la marca de la leche, mama y limpia bien. La tomé de la cintura y la senté sobre una lavadora, las piernas colgando, saqué la bombacha y metí manos y cara en ese templo del deseo, los dedos abrieron el camino a los primeros gemidos, ahogados por mi mano en su boca. Cuando introduje la cabeza entre sus piernas, la boca y la lengua hicieron contacto con su ...
    ... sexo, el shock fue tan intenso que debí sostenerla para no caer, apretó los labios, mordiéndose la mano para no aullar por las sensaciones inesperadas de una mamada de concha impensada, nunca había sentido la boca masculina sorbiendo sus jugos y excitando con lamidas, estaba descubriendo inéditas experiencias eróticas. Las primeras sacudidas la estremecen, agitan y exceden su capacidad de asimilar tantas emociones, el sexo oral puede hacer maravillas en una mujer, incentivando en mucho cuando ésta nunca había sentido esas sacudidas internas que alteran el sentido de la realidad, elevan a un orgasmo tormentoso y alucinado, no para de morder sus labios y manos, agitarse, apretando sus pechos, apretando mi cabeza para nunca deje de seguir comiéndome su nido. Agotada en su resistencia, de un orgasmo tan batallado, se dejó estar, derrumbada en mis brazos que la sostienen de la cintura, las piernas atenazando fuertemente mi cuello, impulsa con sus talones en mi espalda para elevar la pelvis y ofrecer a que no deje de comerle el chochito. Fue un glorioso orgasmo debatido entre mis labios, entregada al hombre que había descubierto la piedra filosofal de sus placeres supremos. Bajó de la lavadora, me deshice del pantalón así podía acariciar y hacerme una paja. Ambos estamos desnudos de la cintura para abajo, el abrazo es la excusa para frotar la pija bien parada, el ángulo me permite frotarla sobre los pendejos húmedos moviendo de forma que se apoye entre los labios vaginales, subiendo y ...
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