1. La insoportable susceptibilidad de una mujer


    Fecha: 06/02/2019, Categorías: Hetero Autor: Tothem, Fuente: CuentoRelatos

    ... tonta, tonta! ¿Por qué accedo a hacer estas cosas? Bueno, basta de peroratas mentales, lo hecho hecho está. El avance post follada estaba en marcha y solo me cabía disfrutar del momento; era una persona libre y no tenía que rendir cuentas a nadie. Ya se ha relatado cómo fui convencida, mejor dicho: autoconvencida. Caminaba al lado del chico, él iba agarrándome con propiedad y consciente del principio que le otorgaba el triunvirato de su conquista. Mas ahora resta por concluir el último desenlace de la noche que no es otro que la entrada en el alojamiento que me hospedaba esa noche. Aun no habiendo llegado me manoseaba, me besuqueaba. Entramos por la puerta uno tras otro, por no llamar mucho la atención; inclusive de esta forma fui escrutado por el gordinflón sereno, el cual se abstuvo de poner impedimento alguno, aunque su mirada hacía mi acompañante fue de complicidad varonil. Una vez dentro de la habitación sin dilación alguna me morreo como una fiera, al mismo tiempo que me estrujaba el culo. Su boca tenía sabor a alcohol y tabaco, sus lametones me dejaban saliva en mi cara. En un diligente movimiento de sus manazas me sospeso mis pechos, para después de un tirón carente de sensualidad quitarme el vestido y contemplarme en ropa interior. —Tienes meneo nena —dijo él —Veo que te gusta ir al grano —En el mismo instante que me despojaba de mi tanga y sostén. —Siempre me gusta ver en pelota picada la chica que me voy a cepillar, para saber a que atenerme. —Pareces muy seguro ...
    ... y chulito. —¡Oye! soy joven, pero he tumbado a mucha hembra, y bien veo, que tú no te lo has pensado mucho, ¿no crees? —Estoy algo alegre y con ganas de desconectar, será eso, tú estabas… y bueno… Quitándose de repente su hortera camiseta, así como su pantalón y calzoncillos quedo delante de mí completamente desnudo y mirándome retador se empezó a pajear y a cogerse los testículos. En la ingle llevaba un escorpión tatuado. Su polla era larga, gruesa, nervuda y descapullada. Se sentó en el pequeño butacón de la habitación con sus piernas separadas al mismo tiempo que yo en un reflejo automático me agaché y le empecé un pajeo. Su piel era suave; subía y bajaba la piel del pene, para después engullirlo y lamerlo con mi boca; él de su parte me dirigía la mamada presionándome la nuca, su glande me llegaba a la campanilla de la boca, me atragantaba, a ratos babeaba, tenía que respirar por la nariz, ese mástil me ocupaba toda la boca bloqueándome la tráquea. —La mamas como una estrella del porno, se nota que estabas con hambre de polla y ahora la tomas como si fuera tu vitamina, en el fondo eres una puta desesperada. —Me decía mientras me miraba a los ojos y ronroneaba de gozo—. Ahora succiona mis testículos y mírame a la cara, me gusta ver cómo te los engulles uno por uno. Se agarró su bolsa testicular y la aprisiono como si de un globo se tratara, quedando un escroto tensado; lo lamí lentamente para después aspirarlos como un huevo hervido se tratara, pero con piel rugosa. Emitía ...
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