1. Mi sobrina Sandra


    Fecha: 07/02/2019, Categorías: Incesto Autor: Ricardo Diaz, Fuente: CuentoRelatos

    ... un día en casa de sus padres, durante una reunión social, se me dio la oportunidad de charlar más en extenso con ella mientras revisaba su computador para solucionarle un problema técnico. Hablamos de cosas intrascendentes, pero ella junto a mí me hizo sentir que mi amor por esa muchacha se hacía incontrolable. Pero ella actuaba con absoluta naturalidad, sin ninguna doble intención, pues me veía como un tío al que recién venía conociendo. Y la frescura de su juventud, lo espontáneo de su actuar, sus gestos y su risa, su cuerpo y sus ojos, sus senos y su sonrisa, su mirar intenso y sus palabras, todo, absolutamente todo, me hicieron perder el juicio y sumirme en una pasión descontrolada por ella. Y fui alimentando esta pasión con visitas a su casa, con cualquier pretexto. Y ella me recibía informalmente, incluso en una oportunidad estaba en pijama y conversamos en su dormitorio. Para ella todo era normal, para mí un infierno de deseo, viendo sus grandes senos cerca de mi rostro cuando yo estando sentado viendo su computador ella se acercaba por el lado para indicarme algo, o cuando sus piernas se insinuaban entre los pliegues de su vestido y yo intentaba disimuladamente ver algo de sus muslos. O cuando podía ver a trasluz su imagen si ella se paraba con su bata frente al ventanal y los rayos del sol delineaban su cuerpo. Y cuando hablábamos por teléfono, ella invariablemente se despedía con un "besitos, tío" que yo recibía como si fueran verdaderos, los que me sumían en un ...
    ... vértigo de felicidad pues me sabía correspondido, aunque Sandrita nunca tuvo otra intención que ser amable conmigo. Ella también cierra los ojos, preparándose a recibir el intruso que se acerca raudo, mientras sus senos se mueven acompasadamente al ritmo del aceleramiento de los latidos de su corazón, presintiendo que en unos segundos su vida cambiará radicalmente en manos de su tío. En la verga de su tío, para ser más precisos... Y así viví tres meses sumido en una pasión solitaria que mi bien amada no sabía y a la cual no había contribuido para nada. Todo en ella siempre fue inocente, sin ninguna doble intención. Toda la maldad siempre estuvo de mi parte, imaginándola en mis brazos, correspondiendo a mi amor, a mis besos, a mis sentimientos. Y yo era feliz viviendo este amor en solitario, sin pensar que un encuentro casual entre ambos cambiaría nuestra relación totalmente, llevándola a mis brazos y haciéndome conocer la increíble felicidad de tenerla toda para mí. Siento la tibieza de sus labios vaginales que hacen resistencia a la penetración, pero al mismo tiempo rodean la cabeza de mi verga como invitándome a entrar a pesar de la oposición de la entrada inviolada hasta ahora. Ella siente la fuerza del pedazo de carne que se pone a la entrada de su sexo, pugnando por penetrar, pero su virginidad se lo impide aunque ella desea tenerlo ya adentro. Era un día de Primavera, cuando la frescura de la brisa empezaba a reemplazar el calor reinante, haciendo de la tarde un agradable ...