1. Mi primera experiencia ZOO.


    Fecha: 11/02/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Andy19, Fuente: SexoSinTabues

    ... salivar, pero como estaba tan hambriento el pobre, no me cabía la menor duda. Así como el paladar estimulaba el borde de la cabeza con el mete y saca, la punta rugosa de la lengua estimulaba mis huevos, los cuales por el calor estaban colgando al 100. Entre lengüetazos el becerro se los llevaba a la boca de vez en cuando, dando la sensación más deliciosa que hasta ese entonces había sentido. Comencé a gemir de placer con esa rugosidad en mi escroto, razón por la cual se me vino a la mente la cara del vaquero de quien aprendí la experiencia. _Eres un hijo de puta_ dije en mi mente_ con razón vienes acá tan seguido. No lo cambiarías por nada eh?... Tembloroso como estaba de placer, metí mi verga todo lo que pude hasta el fondo, ayudado de los topecitos que daba el becerro para pegarse más (es un reflejo normal de los becerros dar topes a la ubre de las vacas para favorecer el chorro de leche) hasta que el garrote llegó a donde empiezan los huevos. Más adentro, en el lugar donde al parecer comienza la garganta, lo rugoso de la lengua que estimula tremendamente el frenillo y vientre del pene, la textura se tornaba infinitamente lisa, más resbalosa y caliente. Era muy estimulante ver pegado de mi verga al animalillo, esperando su premio, así que pasé un par de minutos más hasta familiarizarme con las mamadas del más pequeño y hambriento de todos. La experiencia no se compara con nada, se los juro. Apenas sentí en mis huevos la sensación de que vas a correrte irremediablemente, ...
    ... saqué presuroso mi verga de la boca del becerro, era jodidamente estimulante como para terminarlo a escasos minutos de empezar. Me dirigí con la verga llena de fluidos a otro becerro blanco con manchas marrón, unos días más viejo que el becerro negro que acababa de mamarme la verga hasta el fondo. Le estiré la mano para que lamiera mis dedos y luego puse mi miembro a punto de explotar en su boca, la cual de un lengüetazo metió hasta el fondo, al tiempo que con su lengua masajeaba detrás de las bolas y las metía de vez en cuando a la boca igual que el primero. Apreté las nalgas que por el sol se empezaron a poner rojas para no venirme cuando en ese momento sentí como otro becerro blanco con manchas negras, también con días de haber nacido, empezó a buscarme entre las nalgas con la lengua un poco menos rugosa que el que me estaba dando la mamada de mi vida. Me asustó un poco el hecho, es más, el saber que estaba cometiendo esa locura me tenía con el corazón latiendo a mil, pero no podía terminar ahora, y menos cuando un tercero se unía al grupo. Le abrí mis nalgas lo más que pude, al fin y al cabo tenía las manos desocupadas, y dejé que me lamiera con esa lengua rugosa y húmeda. Ahora los fluidos corrían por delante y por detrás. La lamida de culo duró muy poco, porque el becerro también quería su parte, así que le saqué la verga de la boca al becerro marrón y se la metí a éste hambriento negro. La sensación era muy similar al primero, y dado que parecían de la misma edad supuse ...