1. Helena en el consultorio del ginecólogo


    Fecha: 13/02/2019, Categorías: Lesbianas Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... avergonzada por un instante, pero al mismo tiempo pude notar que estaba gozando con esas sensaciones. Ambas sabíamos que es una perra y las perras como ellas gozan con el toque de otra mujer.De repente la Doctora se levantó y tomó unas correas de una mesa cercana, con las cuales aseguró las muñecas de Helena, atándolas por encima de su cabeza a la camilla. Otras correas de cuero inmovilizaron también los finos tobillos de mi amiga.Una vez hecho esto, la médica le sonrió a mi amiga con lascivia y desabrochó su guardapolvo blanco, bajo el cual estaba completamente desnuda. Quedó vestida solamente con un par de tacos altos…Giró para mirarme a mí, que tenía los ojos abiertos por la sorpresa inesperada; se acercó y metió sus dedos entre mis labios, haciéndome saborear la esencia de Helena que llevaban impregnados. Luego se paró entre las piernas abiertas de mi amiga y comenzó a frotar su pubis contra el de ella, que comenzó a aullar como una perra mientras su primer orgasmo pugnaba por explotar dentro de su cuerpo…Helena se debatió salvajemente al sentirse dominada y sometida por esa sensual mujer, hasta que se estiró y tensó su espalda sin poder liberarse de sus ataduras, mientras un muy intenso orgasmo recorría todo su hermoso cuerpo. Me miró de costado y me dio a entender que me estaba dedicando todo su placer.La Doctora sonrió al ver que Helena había acabado solamente por el roce entre sus labios vaginales y entonces se apartó de su cuerpo.Se dirigió al baño y regresó con un ...
    ... arnés entre sus manos, que portaba una enorme verga de hule. Se lo calzó en la cintura y volvió a ubicarse entre los muslos abiertos de mi amiga. La miró sonriente y triunfante, diciéndole:“Ahora quiero oírte suplicar y pedirme que te coja como a una perra con mi juguete”.Esa cosa enorme era justamente lo que necesitaba mi amiga para calmar el ardor…Sin esperar respuesta, la médica se inclinó hacia adelante y penetró con esa verga los abiertos y humedecidos labios vaginales de Helena. Ella gritó de dolor ante la intrusión inicial, pero apenas su vagina se acomodó al tamaño de esa cosa, comenzó a gemir, a jadear y a pedir más y más…La médica ahora la penetraba una y otra vez con mucha dureza mientras le acariciaba los pezones erectos y endurecidos. Helena movía las caderas desesperada tratando que ese pedazo de hule se metiera todavía más profundo en su vagina.Finalmente no pudo resistir más y acabó con otro increíble orgasmo, en un grito de hembra que se debe haber escuchado en muchas cuadras a la redonda.A continuación la Doctora sacó la verga de hule de la concha de Helena y se volvió hacia mí, que estaba sentada sin hablar, sintiendo mi propia concha al borde de acabar sin tocarme; solamente por la excitación de presenciar el sometimiento y el placer de Helena.Se acercó caminando sensualmente, diciendo que ahora era mi turno…Sin decir nada me levanté de la silla; le di la espalda y me bajé los pantalones y la tanga hasta las rodillas. Luego me puse en cuatro sobre el suelo, ...