1. Mi hermana y yo violadas por mi culpa


    Fecha: 19/02/2019, Categorías: No Consentido Sexo con Maduras Autor: Lucia0117, Fuente: CuentoRelatos

    ... definirlo. El maldito tipo sin soltarme del pelo puso su cara frente a la mía y me dijo: “¿Ves por qué no debes abrirle a desconocidos putita?, Lo bueno es que ahora ya nos conocemos, ya puedes abrirme la puerta con confianza y les haré más cosas ricas a ti y a la puta de tu hermana; al fin ya conozco sus horarios y costumbres”. Mientras hablaba, empezó a recoger sus cosas y a meterlas en su portafolio; luego se vistió y continuó hablando: “aunque… tal vez sea mejor que no nos volvamos a ver y que nadie sepa lo que ocurrió aquí y aunque la verdad es que me gustó mucho coger con ustedes y las dos están bien ricas, tendré que evitar que le digan a alguien lo que pasó”. Él tomó la pistola y se aproximó a Sandra, que desesperada empezó a suplicar: “¡No, no, por favor, no nos mate, no diremos nada; de verdad, se lo juro, nadie sabrá nada, por favor, váyase y déjennos, pero no nos mate por favor!”. El tipo parecía no escuchar; tomó mi tanga del piso, luego tomó a Sandra del cabello y la jaló hacia atrás, obligándola a arquear la espalda; como ella tenía la boca abierta, él metió mi tanga en ella y luego le colocó cinta encima y le dio varias vueltas alrededor de la cabeza de ella. Pensé que en ese momento había llegado nuestro fin. Él colocó el cañón de la pistola en el culo de Sandra, volteó a verme y me dijo: “¿Dónde será mejor el disparo, aquí?”, yo moví la cabeza negativamente con fuerza, entonces el colocó la pistola en su vagina y me dijo: “entonces aquí”; nuevamente moví ...
    ... la cabeza mientras mi hermana se agitaba y gritaba desesperada por debajo de la mordaza: “¡MMMMNNNGGG, FFFFF, FFFF, MMMMFFFGGG!”. Él continúo con su juego cruel, colocó la pistola en la nuca de Sandra y me dijo: “¿Aquí?”; otra vez dije que no. Entonces él dijo: “¡cómo no te decides lo haré yo, no puedo seguir esperando!, se hace tarde y llegarán tus padres; tu papá viene de su oficina, pero hoy es el día que le toca coger con su secretaria y tu mamá viene de un motel barato en el que estuvo toda la tarde con su novio del trabajo”. Me enojé mucho y le reclamé por debajo de la mordaza: “¡MMMMNNN, NNNNFFFF!”. El me miró sonriente y dijo: “Si no me creen, pregúntenles cuando lleguen y verán que no miento”. Y luego continuó: “Pero bueno, ya no puedo seguir aquí con ustedes, porque tendría que cogerme también a su mamá y aunque se ve que también está muy rica, la verdad no me gustan tan viejas, me gustan más las jovencitas estúpidas como ustedes; así que adiós”. Cerré los ojos esperando que apretara el gatillo, pero solo escuché un golpe seco; esperé un segundo y abrí los ojos; vi a Sandra tendida en la cama, aun atada; con los ojos cerrados e inmóvil y pensé que el infeliz ya la había matado; al voltear lo vi a él parado a mi derecha y de inmediato sentí un fuerte golpe en la cabeza; todo se oscureció y no supe más. Desperté con un intenso dolor de cabeza y con el cuerpo muy adolorido; abrí los ojos y todo estaba oscuro; moví manos y piernas y noté que ya no estaba atada, pero sí ...