1. Mi hermana y yo violadas por mi culpa


    Fecha: 19/02/2019, Categorías: No Consentido Sexo con Maduras Autor: Lucia0117, Fuente: CuentoRelatos

    ... fotos. Ella se cubría los pechos con un brazo y con la otra mano tapaba su entrepierna. Él le dijo: “coloca las manos atrás, no te tapes”; ella obedeció y mostró todo el frente de su bien formado cuerpo, avergonzada. El tipo seguía fotografiando o filmando y decía: “¡Sssssssiiii, estás mejor de lo que imaginé mamacita!”. Luego él le ordenó: “da dos pasos hacia acá y voltéate, deja las manos atrás”. Ella lo hizo y quedó de espaldas al tipo, que colocó la camarita en la cama, apuntando hacia Sandra y se acercó a su portafolio; sacó una cuerda y le amarró las manos con una gran habilidad. Vi que mi hermana tenía la cabeza en alto, pero lloraba con los ojos cerrados. Me pareció que le apretó mucho las cuerdas, pues ella hacía cara de dolor y movía las manos. Una vez que la tuvo atada él le ordenó: “¡voltéate e híncate!”. Sandra sin decir nada obedeció llena de lágrimas. Entonces el tipo se desabrochó el pantalón y se lo bajó con todo y calzones, dejando al descubierto un gran pene, gordo y largo y unos testículos que guardaban proporción con su miembro. En otra situación yo lo hubiese admirado e incluso tal vez hasta se me habría antojado ese gran miembro, pero en la situación en que me encontraba solo me causó miedo y asco. “¡Mámalo!” le ordenó él a Sandra y le hizo una advertencia: “¡pero ni se te ocurra morderlo porque le estoy apuntando a la cabeza de tu hermanita!” Sandra tuvo que obedecer sin chistar, metió el largo miembro en su boca y comenzó a chuparlo, haciendo que ...
    ... entrara y saliera de su boca y proporcionándole un gran placer al tipo ese, que con la mano libre la tomó del cabello y la hizo moverse como él quería, humillándola. Él me miró y me dijo: “tú no cierres los ojos, porque si veo que lo haces la que se muere es tu hermana; mira como le gusta mamar a la puta”. Yo también lloraba de coraje e impotencia, pero sobre todo por la culpa que sentía por mi estupidez al ser tan confiada. Él tuvo un rato a mi hermana mamándosela y diciéndole cosas como: “¡ah que rico la chupas puta!, sabía que eres una gran mamadora; de seguro así lo haces con tus compañeros de la universidad que traes en las mañanas cuando no hay nadie, ¿verdad?”. Esto me asombró. ¿Acaso mi hermana que se suponía era mi ejemplo y que se las daba de inalcanzable llevaba chicos a la casa para acostarse con ellos?, no lo creí. De repente el tipo la jaló del cabello, sacando su pene de la boca de ella, que respiró profundamente, tosió y tuvo varias arcadas que afortunadamente aguantó. El tipo, sin soltarla del cabello, la hizo levantarse y le desató las manos, acto seguido le ordenó: “acuéstate”; ella obedeció, acostándose en su cama, entonces él le ató los brazos abiertos a la cabecera de la cama, luego le ató también los tobillos a la cama con las piernas abiertas, dejándola en una posición de X. Sandra no se resistió por el temor a que el tipo me disparara, pues él no soltaba la pistola. Una vez que la tuvo así, dejó la pistola en la mesa de noche, tomó la cámara y se puso a ...
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