1. Arrepentidos los quiere Dios


    Fecha: 19/02/2019, Categorías: Confesiones Autor: febarsal, Fuente: RelatosEróticos

    ... Me dijo a la vez que me tomaba de la mano y me llevaba a su habitación; en donde el lujo, el boato y el buen gusto se manifestaba por las cuatro paredes y en el techo. --¿Te gusta lo que ves? --¡Jolín! Claro que me gusta, esto no lo tienen ni las señoras más ricas de mi pueblo. --Es que las señoras decentes no pueden tener estos lujos. --¿Y por qué no? Pregunté con ingenuidad manifiesta. --Porque las señoras decentes dependen de sus maridos; y éstos, las tienen como siervas, no como amantes. Y las esposas no necesitan estas clases de atenciones, es un pecado; pero para las queridas no, porque como ya están condenadas a ir al Infierno, enla Tierra pueden hacer lo que quieran. No podía entender sus razonamientos, pero lo que observaba a mi alrededor no era un sueño, era una realidad palpable. Abrió un armario y quedé alucinada de la cantidad de vestidos a cual más bonitos que contenía. --Te voy a transformar para que compruebes lo preciosa que eres. Después de manipular mi rostro y mi cuerpo durante un buen rato, dijo: --Mírate en el espejo. No quedé alucinada, quedé totalmente deslumbrada; en unos minutos me había convertido en una princesa. Me desprendió de mis viejas y vetustas ropas; dio libertad a mi pelo del color del oro, dejando que transitara hasta más allá de mis hombros, pues estaba preso en una especie de moño que parecía más bien un repollo. Dio una sombra profunda y misteriosa a mis ojos, y emitió luz a mis labios; labios sensuales que invitaban perennemente a ...
    ... ser besados. (Eso era lo que me decía aquel viajante que me dejó preñada) Mí cuerpo de un metro setenta centímetros, adquirió unas dimensiones desconocidas dentro de aquel vestido que doña Patrocinio había estimado el ideal para que se luciera en mí anatomía. Parecía una diosa salida del Olimpo. Odiaba a mis caderas y mi trasero porque me parecían demasiado anchos, y mi pecho también me parecía desproporcionado, pero ¡Oh! milagros de la plástica: fui ubicada por doña Patrocinio en mi verdadero espacio... ...Y aquella burda y paleta niña de pueblo, se había convertido en una mujer capaz de poner a sus pies a todos los hombres... Por mi mente pasaron fugazmente las imágenes que me hicieron tan desgraciada: el pueblo, mi familia, la casa de acogida, el hambre, los piojos, y el aborto. Y supe al instante que mi vida había cambiado radicalmente. Doña Patrocinio miraba con delectación la obra de arte que acaba de crear conmigo; y al ver la expresión agridulce de mi rostro, supo que aquella Manolita que limpiaba "su Casa", se iba a convertir en una princesa al alcance de muy pocos. Sólo pude abrazarme a ella y darle las gracias. --¿Te atreves a salir al salón así? Me dijo muy convencida. Dentro de poco empezarán a llegar los clientes, te aseguro que todos cuando te vean se van a poner a tus plantas para solicitar tus favores. --Una pregunta ¿Cuánto ganan sus chicas? --En un mes, más que tú en un año limpiando la basura que dejan esos que te van a admirar como a una diosa en cuanto te ...
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