1. Necesitaba compañía y un vagabundo se convirtió en mi pareja


    Fecha: 25/02/2019, Categorías: No Consentido Incesto Autor: MariaDream, Fuente: CuentoRelatos

    ... recursos, a vivir en la calle en la mendicidad, sin tener ningún lugar al cual acudir. Desde el primer momento congenié con él, y era una persona por la cual sentía una enorme lástima. Se encontraba en la misma situación que yo, a diferencia de que él no podía llevar a cabo mis prácticas. Noche tras noche, cada vez que salía al parque ya sabéis a qué, acostumbraba a tener unos minutos de conversación con él, todos los que podía permitirme, los justos para que esto no supusiese que los hombres se me acercaban. Fran nunca me insinuó nada, y siempre me trató de una manera educada y con mucho respeto. Ambos nos habíamos sincerado mutuamente, yo le había contado a él a qué me dedicaba, y él me había contado prácticamente todo sobre su vida. Tras varios encuentros con él, ocurrió lo que no podría imaginarme. -Mira, tengo que decirte algo porque ya no me lo puedo callar más. Entiendo que no lo aceptes y respeto tu decisión, pero desde que comenzamos a hablar me gustas mucho y no dejo de pensar en ti -Me dijo Fran mirando al suelo por la vergüenza que sentía. Al principio un puse cómo reaccionar, pero aquellas palabras me hicieron sentir algo especial. Creía que era la primera vez en mi vida que conocía a alguien que no se acercaba a mí a sólo por tener sexo, y sobre todo, aceptaba a lo que me dedicaba. Entonces, sin pensármelo decidí cogerle la mano y sin pedirle permiso besarle. Sólo ocurrió eso, un simple beso (Aunque pude percibir que tuvo una erección por el bulto en su ...
    ... pantalón). Desde aquel día, no tuve el valor de acudir al parque. Por un lado, estaba confundida, y sentí que me había en parte enamorado de aquel chico. Por otro lado, estos sentimientos hacían difícil para mí poder mantener relaciones con otros hombres, y menos delante de él. Pasaron un par de semana en las que pude vivir con el dinero que había ahorrado con mis prácticas, además de los pequeños trabajitos que encontraba. Sin embargo, aquel chico no se me iba de la cabeza. Una de las noches, tomando una decisión errónea, pero que en aquel momento era lo que me dictaba el corazón, cometí uno de los mayores errores de mi vida. Una mañana, tras vestirme me dirigí al parque en busca de Fran, y tras encontrarle, recostado sobre los cartones donde normalmente se echaba, y junto a una botella de cerveza que le ayudaba a calentarse en la noche, me agaché y mirándole a los ojos le dije las siguientes palabras. -Levántate que te vienes a vivir conmigo. Sí, cometí esa locura, invité a vivir a mi casa a una persona con la que solo había mantenido unas pocas conversaciones, por el simple hecho de pensar que estaba enamorada. Fue así como comenzamos a convivir juntos. No le dije nada a la casera, la cual por su edad no se enteraba de las cosas, y el comenzó a vivir junto a mí y mi hijo. Por supuesto no trabajaba, y era yo la encargada de mantener a “la familia”. Desde el primer momento él comenzó a sentir el deseo típico de los hombres de dominación sobre “su mujer”, por lo cual acordamos que ...