1. Necesitaba compañía y un vagabundo se convirtió en mi pareja


    Fecha: 25/02/2019, Categorías: No Consentido Incesto Autor: MariaDream, Fuente: CuentoRelatos

    ... remedio. La primera noche que volví al parque, no tardé mucho en encontrar a un cliente, y simplemente me pagó una cantidad aceptable por hacerle una felación. Al llegar a casa, todo eran caras serías. Yo no me atrevía a hablar, y él me miraba con una mezcla de enfado, y signos de haber llorado. Tras la cena, y acostar al bebé, se hizo el silencia, hasta que el me preguntó. -¿Has conseguido dinero? -Sí -Le repliqué, tras lo cual dejé sobre la mesa el dinero que aquel hombre me había dado. Él lo cogió y lo guardo en su bolsillo. Pasó un tiempo en silencio hasta que volvió a preguntarme: -¿Y qué le has hecho? -No voy a decírtelo -Tras esto me levanté, pero él me siguió y abrazó por detrás, y agarrando fuertemente mis pechos me gritó: -Que me lo digas! Tras tragar saliva le contesté: -Se la he chupado. Volvió a hacerse el silencio, tras lo cual el me llevó al salón y volvió a penetrarme. Pasaron los días, y a menudo salía a realizar mis trabajos, ya que aún no había reunido suficiente dinero para mantenerme un tiempo. La comunicación entre ambos se había roto, y dejamos de mantener relaciones sexuales. Hasta ...
    ... que llegó el día en el que nuestra relación se rompería de manera final. Una noche, al llegar a casa, él había bebido algo, no demasiado, pero nada más entrar me agarró por detrás y me puso contra la pared. -¿Qué has hecho puta? -Me gritó a la vez que me bajaba la falda que llevaba y tiró de mi tanga hasta romperlo. -Te ha follado el culo? -Gritó de nuevo separándome los glúteos y metiendo su dedo pulgar en mi ano. -No -Contesté yo a pesar de saber que sí lo había hecho. Tras esto, bajó sus pantalones y bruscamente me penetró analmente, comenzando a embestirme. -Eres una puta, una zorra -Decía a la vez que seguía embistiendo. Yo comencé a llorar y el bebé, que escuchaba los gritos, comenzó a llorar también, lo cual hizo que yo llorase más. Finalmente terminó eyaculando dentro de mí, tras lo cual se fue de la casa dando un fuerte portazo. No volví a saber nada más de él. Espero que ahora sepáis y entendáis porque me costaba escribir este relato. Como siempre, vuestros comentarios son bienvenidos, y cualquier duda que tengáis o simplemente por hablar, podéis escribirme a la dirección feticherelatos@gmail.com. 
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