1. Hijas del Sol Naciente p3


    Fecha: 05/03/2019, Categorías: BDSM Fetichismo Autor: pepejuxn, Fuente: xHamster

    ... sudada, y sucia. Ven, te vas a dar una ducha, y a contarme lo que ha pasado ahí dentro. En cuanto a tí, esclavo, vete a asearte para mí;.- me dijo, a lo que contesté, – si ama.A la media hora las dos jovencitas volvieron al salón, y la princesa me dijo:– Bien, esclavo. Como te advertí, ahora me toca a mí hacerte lo mismo que has hecho con Lydia. Ten, ponte su ropa.- y me arrojó la falda escocesa y la blusa blanca con volantes. Inmediatamente me puse aquella ropa; aunque me quedaba ridícula, la princesa parecía complacida. Siguió hablando: – bien, pasa al cuarto, y tú, Lydia, entra detrás de mí, quiero que veas lo que va a pasar ahí dentro.-Entré el primero por la puerta, después mi ama, y al final la señorita Lydia. A partir de ese momento, mi señora se limitó a repetir punto por punto, imitándola hasta el más ínfimo detalle, la actuación que yo había representado dos horas y media antes, mientras la pelirroja se sentaba cómodamente a observar en un butacón situado en una esquina. Así, con violencia, mi ama me empujó sobre la cama, y sujetando mi brazo derecho sobre mi espalda, me arrancó la falda de cuadros, y comenzó a manosearme lascivamente el culo mientras jadeaba. Cuando se cansó de esto, tomó el fino cinturón de cuero de la falda, y sosteniéndolo doblado en su mano me azotaba con él los glúteos; cada cierto tiempo paraba para manosear mi piel enrojecida, y podía sentir sus dedos humedecidos con saliva pasar entre mis glúteos, y después notaba las yemas de sus dedos ...
    ... violándome brevemente, entrando y saliendo juguetonamente. Luego seguía dándome azotes, hasta que mi trasero estuvo completamente rojo.Después me dio la vuelta y de nuevo me empujó sobre la cama. Entonces comprendí sorprendido que estaba desnuda. Sólo una vez había tenido el enorme privilegio de ver a alguna de mis amas desnudas (a la anterior a la princesa), así que no daba crédito a mis ojos, que recorrían de arriba a abajo su cuerpo de quinceañera, tan distinto al de Makoto, mientras acababa de quitarme la ropa. Su piel era color canela oscura, muy diferente de la apariencia cérea de la de aquella. Sus senos, aún sin desarrollar por completo, eran redondos y firmes, coronados por dos pezones oscuros perfectamente redondos. Su sexo también era completamente diferente, y en lugar de la espesa mata de vello en el pubis de Makoto, la princesa lucía unos pelos largos, poco tupidos, de apariencia suave, que ocupaban una franja rectangular que se extendía desde su pubis, a lo largo de sus labios vaginales, acababa allí, dando lugar a un pequeño tramo de piel lisa hasta su ano maravillosamente estrecho, algo más oscuro que el resto de su piel.Para mi total estupor, y siempre imitándome, mi ama saltó sobre mí, y tomando mi pene con su mano lo introdujo en su sexo. Después, con un movimiento frenético, empezó a hacerme el amor, penetrándose violentamente, introduciendo cada vez todo mi pene en su interior, golpeando mis testículos con la piel entre sus piernas mientras yo enloquecía de ...
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