1. Alquilo a mi mujer


    Fecha: 22/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Sexo Duro Tabú Autor: Femmefatale969, Fuente: xHamster

    ... queda. Le miré fijamente, con su camiseta de tirantes manchada, su barba de varios días, sus piernas hinchadas por no poder soportar su propio peso, su olor fétido, ¿y los raros éramos nosotros? Madre mía.Mientras yo me bebí una cerveza y empezaba otra, él ya se había bebido tres y estaba abriendo la cuarta. Hablamos de algunas cosas sin importancia, y a l cabo de un rato, le miré y le pregunté, “y bueno, ¿qué vas a querer, que te la chupe, sexo anal? Tú dirás” “Espera, espera, no tengas tanta prisa” dijo mientras se quitaba toda su ropa y se quedaba desnudo delante de mí. “Esto es lo que hay. No soy demasiado atractivo, ¿no?” La verdad era que no, lo más mínimo, de momento sólo había notado humedecerse mis sobacos, por el calor. Se apoltronó en el sofá, y la figura era grotesca. Aún no había logrado verle la polla, completamente oculta bajo la inmensa barriga. Cómo si me leyese el pensamiento, me dijo mira y levantó un poco su tripa para dejar visible su polla, enana, contraída, como acomplejada por las inmensas masas de carne que la rodeaban.Sentí una mezcla de asco con lástima, me acerqué y acaricié esos huevos con mi mano, después de masajearlos un rato, cogí el pene con dos dedos y traté de excitarlo. Nada. Me arrodillé delante de él y pasee mi lengua por sus muslos. Incluso me metí el trozo de carne flácida en la boca y jugueteé con mi lengua. Nada. Él suspiraba, no estaba nervioso, ni acomplejado, solo resignado. “¿Te imaginas lo que es para un hombre tener a una mujer ...
    ... como tú delante de mi queriéndole hacer una mamada y que no se le levante?”Callada me incorporé, me quedé muy cerca de él, mis piernas, desnudas bajo el vestido, tocaban el calor de las suyas. Las cervezas comenzaron a hacer su efecto: “disculpa, tengo que ir al baño, ¿dónde está?”. Sin dejarme casi acabar me dijo: “no, no por favor, hazlo aquí, así tal y como estás”. “¿Cómo, cómo dices, que me mee encima?”. “Sí, eso te pido, y para eso has venido hasta aquí”. Por primera vez desde que entré en esa casa noté algo parecido a la excitación, empecé a notar calor en mi entrepierna y mis ganas de hacer pis se hicieron más intensas.Me puse encima del sofá, tapándole la cabeza bajo mi falda y notando como sus manos acariciaban mis piernas, mientras susurraba, vamos, putita vamos, dame tu pis, dámelo, dámelo. Me dejé llevar y mi meada empezó a salir, primero empapando mis pequeñas braguitas y luego chorreando por mis muslos y cayendo directamente encima de su cara y su boca. Su respiración se hizo más y más intensa, su agitación crecía por instantes mientras mi pis caída en su boca. No lo llegué a saber, pero creo que lo tragaba sin ningún pudor, mientras sus gemidos se iban convirtiendo en grititos de placer. Cuando acabé de mear encima de él estuvo largo rato lamiendo mis muslos y mi coño llenos de pis. Estaba completamente excitado, su polla por primera vez había despertado del letargo y se convertía en un aparato medio digno para el disfrute de una hembra.Bajé del sofá, llena de ...