1. El tormento de Zorya


    Fecha: 01/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hacia arriba, estirando dolorosamente sus tetas y atando el otro extremo de la cuerda a un arbol. Riendo ante la visión de la mujer poniéndose de puntillas para tratar de aliviar la tensión en sus distorsionados pechos, Lord Villard se acercó a ella y le pegó un fuerte guantazo en el culo, antes de empezar a retorcerle los pezones, añadiendo más dolor a su tortura. -Si alguien trata de ayudarla, matadlo -instruyó a sus hombres- Yo me voy a desayunar. Con sus manos fuertemente atadas a la espalda, Zorya no podía hacer nada para aliviar el dolor de sus tetas más que ponerse de puntillas y tratar de elevar la mitad superior de su cuerpo, pero Narrus empezó a ver que estaba perdiendo la batalla. Debilitada por todo el abuso sufrido a manos de Villard y sus hombres, sus fuertes piernas temblaban mientras ella trataba de mantenerse consciente cuando ambos hicieron contacto visual. Narrus le enseñó discretamente el cuchillo que llevaba oculto en el cinturón, esperando una señal para dar la vida por ella tratando de rescatarla, pero Zorya hizo un gesto de negación con la cabeza. Nadie iba a morir por ella, y continuó forcejeando. Al final ya no pudo más, puso los ojos en blanco y se desmayó. Algo chasqueó en la cabeza de Narrus y se apresuró a coger a su sobrina por la cintura mientras ella caía inconsciente. Por un segundo, los soldados quedaron estupefactos ante ese gesto de valentía. -¡Estúpido anciano! -escupió uno de ellos mientras desenvainaba la espada- ¡Ahora tendré que ...
    ... matarte! Subitamente el soldado cayó hacia delante, su espalda atravesada por una flecha. Encima de un árbol había un chaval de unos diez años armado con un arco. -¡Coged a ese pequeño cabrón! -gritó el general antes de que otra flecha le atravesase el corazón. Semiinconsciente, Zorya alzó la vista hacia su salvador y vio la pequeña figurita de un elfo que llevaba al cuello, sonrió y volvió a desmayarse. Narrus la desató cortando todas las cuerdas y la depositó suavemente en el suelo. Con el general muerto, el siguiente en la cadena de mando ordenó a seis arqueros derribar al chico, pero cuando estaban tensando sus arcos, una docena de personas se echaron sobre ellos subitaménte. Cuando los demás aldeanos vieron que habían llegado a un punto sin retorno, y que Lord Villard seguramente quemaría toda la aldea y a sus habitantes, se lanzaron a la batalla, sabiendo que al menos morirían defendiéndose. Los aldeanos superaban a los soldados en una proporción de tres a uno, pero muchos murieron al instante a manos de los mejor armados soldados de Sedonia, sin embargo, con una determinación inquebrantable, los aldeanos lograron volver las tornas de la batalla. En el calor de la batalla, Narrus cortó las ataduras de las muñecas de Zorya: -¡Que alguien traiga agua! -una anciana le trajó un vaso, que Narrus cogió rapidamente- ¡Ve a buscar sus ropas! La anciana se marchó rapidamente mientras Narrus presionaba el vaso contra los labios de su sobrina. La anciana regresó con otra mujer y ...
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