1. Mi hija y el MSN - Parte 6 - ¿Final?


    Fecha: 01/04/2019, Categorías: Incesto Dominación Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos

    ... todo desde el asiento del copiloto. La luz del farol de la calle se colaba por las ventanas del coche así que tenía una visión más o menos clara de lo que pasaba ahí. "Bueno, entonces empieza a chupármela, lindura." Dijo el taxista. Al decir esto, se bajó el cierre del pantalón y sacó una verga descomunal. Era larga como la del joven del cine pero además gruesa y erguida como un soldado a punto de entrar a la batalla. De reojo, pude ver que a Cristina le brillaron sus bonitos ojos y como por arte de magia, desapareció cualquier rastro de cansancio que pudiera haber tenido. Sin decir palabra, se acercó a la pelvis del taxista y engulló como pudo la punta de aquel descomunal pedazo de verga. Con dificultades, siguió mamándosela al taxista mientras éste le decía lindezas subidas de tono. A un lado de su boca escurrían rastros de saliva cada vez que la verga iba entrando más en su boca. En algún punto, Cristina comenzó a toser al sentir su garganta invadida por aquel glande monstruoso y paró. El taxista La recostó en el asiento y le levantó su falda para descubrir que no traía ropa interior. "Guau, putita. Venías de entrega inmediata, cabroncita. Espera a que sientas mi pistolita de placer... ". Cristina sonrió coquetamente y se preparó para recibir aquella "pistolita de placer" dentro de ella. El taxista, debo reconocerlo, la fue penetrando lentamente, ante el regocijo de mi puta hija. Cuando la incomodidad de las dimensiones reducidas del asiento trasero ya no le permitieron ...
    ... seguir entrando más, empezó el metesaca despacio mientras Cristina profería grititos guturales de placer. "¿Te gusta, putita? ¿Te gusta cómo te meto la verga?" "Sii, me encanta..." susurró Cristina. Veía en su rostro que estaba disfrutando al máximo con aquel enorme nabo entrando y saliendo de ella. En algún punto de aquel metesaca, Cristina empezó a gemir con más fuerza mientras los resoplidos del taxista se hacían más intensos. Con sus rústicas manos estrujaba los duros melones en que se habían convertido sus tetas, por encima de su blusa. Cambiando de posición en el asiento, se acostó encima de ella y entró más profundamente ante el alarido de placer de ella. Voltee a ver si no había nadie en los alrededores o que tal vez se hubiera prendido alguna luz en el vecindario pero todo seguía en calma. El taxista se acercó al rostro de Cristina y le dio un beso apasionado al cual ella correspondió con la misma pasión. "Cógeme rico, así, dame massss" le dijo al oído para volver a besarlo de nueva cuenta. El taxista, que había apresurado su ritmo mientras le penetraba, mordió levemente su labio inferior y luego deslizó su boca por su cuello arrancando un nuevo gemido de sus labios. Yo estaba casi sin darme cuenta, acariciando mi verga endurecida por encima del pantalón. Me dolían los huevos de tanto semen acumulado y la sensación de peligro exacerbaba las emociones. "Me voy a venir, putita. ¿Quieres que me salga" Le dijo el taxista. Antes de que ella pudiera contestar, me hallé a mí ...
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